Cómo incendiar a un país: el caso del chico gay de Malasaña
10.Sep.2021. Política. Hace tan solo unos días una noticia estremeció a España y a otras naciones del mundo cuando se publicaba de que un joven del barrio de Malasaña, en el centro de Madrid, había sido atacado el pasado Domingo 05 de Mayo en la entrada de su portal por un grupo de hombres encapuchados que lo sometieron allí para torturarle, marcando en uno de sus glúteos con un cuchillo.
El colectivo LGBT se estremeció. Los partidos políticos comenzaron a realizarse acusaciones entre sí. El gobierno español se pronunció. Las asociaciones LGBT llamaron a masivas movilizaciones. Reconocidos artistas se pronuncian en la televisión en directo "contra la brutal agresión". Se respira un ambiente de estupor y miedo en el ambiente. Sin embargo, el chico de Malasaña había hecho una denuncia falsa pues según algunos medios: «solo quería tapar» lo ocurrido para que no se enterara su novio, ya que se dedica de manera eventual a la prostitución masculina y las heridas fueron fruto de una relación consentida. Y así atónitos, así como lo son los bulos y las fake news, todos aprendemos los peligros de una denuncia falsa y cómo de fácil se puede incendiar un país.
La denuncia falsa del chico homosexual de Malasaña
El joven de 20 años señaló que tras ver las marcas en la nalga y en el labio, llamó a su novio, éste le hizo unas curas y luego fueron al centro de salud. Allí la enfermera le dijo que si eran fruto de una agresión, por protocolo, tenía que dar parte a la Policía.
Y fue así como este chico, sin asumir su responsabilidad ni medir el impacto de lo que sucedería después, y a instancias también de su pareja, el joven denunció presencialmente los hechos ante la Policía, concretamente en la comisaría Centro, situada en la calle Leganitos, soltando la historia de que un grupo de ocho hombres encapuchados lo habían abordado a la entrada del edificio donde vive este chico y en pleno portal le habían marcado en uno de sus glúteos la palabra "maricón" con un cuchillo.
La falsa víctima no quería que su pareja se enterara de que le había sido infiel y por eso supuestamente se inventó la versión para justificar lo sucedido.
Las investigaciones de lo sucedido
Los agentes iniciaron una investigación, que consistió en investigar las cámaras de seguridad de la calle donde vive el joven, otras aledañas, incluso las del Metro de Tribunal.
Tras varios días de investigaciones, la Policía no había podido recabar ni un solo testigo que viera u oyera algo. Tampoco las cámaras de seguridad de la zona habían registrado a los supuestos encapuchados, ni entrando en el portal ni en ese enclave de la capital.
Por otro lado, tampoco el posicionamiento de su teléfono móvil le situaba en ese punto. Para complementar la escena, no pudo ser examinada la ropa que llevaba el día de la supuesta agresión, ya que el chico de Malasaña la había lavado. Todo era muy extraño por tratarse de una calle muy céntrica, cercana a la Plaza del Dos de Mayo, y muy concurrida, especialmente un domingo por la tarde, cuando las terrazas de la zona están llenas.
Ante todo lo anterior, los agentes de la Comisaría empezaron a dudar de su versión y volvieron a citar en comisaría a la víctima. El joven de 20 años empezó a titubear y a contradecirse de su primera versión de los hechos. De acuerdo con el diario ABC, hubo un argumento que derrumbó al joven y es que le decían que «No podemos consentir que el colectivo LGTBI esté atemorizado con un grupo de hombres suelto y torturando por allí. Tienes que contarnos la verdad».
Finalmente, el chico de Malasaña terminó confesando la verdad, admitiendo que se lo había inventado todo para ocultar ese relación consentida a su pareja.
Un país incendiado
Mientras se aclarecía lo sucedido, como la pólvora dentro y fuera de España, se extendió la terrible noticia. Facebook y Twitter eran un hervidero de noticias sobre el tema, en rechazo por lo que había sucedido. Los políticos no tuvieron más remedio que posicionarse y no es para nada, no sólo el colectivo LGBTI estaba estremecido. Gran parte del colectivo hetero también lo estaba.
Los partidos políticos comenzaron a realizarse acusaciones entre sí. Se acusaba al partido de corte ultraderecha y medidas homófobas de lo sucedido. Sin embargo, si bien es cierto que han aumentado las agresiones homófobas en España, una cosa son las agresiones puntuales (que no deberían existir) y otra cosa es un grupo de hombres encapuchados cazando a chicos gays. El gobierno español se pronunció.
Las asociaciones LGBT llamaron a masivas movilizaciones. Reconocidos artistas se pronuncian en la televisión en directo "contra la brutal agresión". Los más importantes medios de comunicación de la televisión como de la prensa escrita en España comenzaron a abordar la noticia con amplios reportajes. Se respiraba un ambiente de estupor y miedo en el ambiente.
Luego de conocerse la denuncia falsa
Lo peor de todo es que cuando se conoció que la denuncia era falsa, el país seguía incendiado. Las asociaciones LGBTI mantuvieron las concentraciones y marchas, como no podía ser de otra manera. Las pronunciaciones políticas continuaron porque la denuncia falsa del chico de Malasaña no esconde la realidad de que hay un aumento de agresiones homófobas.
El partido VOX acusó al gobierno de montaje, como si hubiese sido el gobierno el que hubiese puesto la denuncia falsa. Salieron miles de perfiles verdaderos y falsos en las redes sociales pidiendo la cabeza del Ministro del Interior, porque para ellos, el Ministro Grande-Marlaska tenía que saber que era una denuncia falsa desde el principio y como hubiese sido Grande-Marlaska quien regó la noticia por las redes sociales. Es posible encontrar perfiles mucho más arriesgados y sabe-lo-todo, pidiendo la dimisión del Ministro porque era fácil detectar que se trataba de una denuncia falsa, cosa que pasó desapercibida a los policías, el Ministro, los medios de comunicación y toda España.
Como vecino del barrio de Malasaña, es un alivio saber que no hay un grupo de hombres torturando por allí a chicos gays, pero igualmente no puedo dejar de sentir inquietud. Porque si bien sabía lo peligroso que eran los bulos y noticias falsas, desconocía hasta ahora lo peligrosas que son también las denuncias falsas y lo fácil que se puede incendiar un país.
Magdiel J. Sevilla
@magdieljsevilla
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