Cómo vencer el miedo que sientes cuando piensas en endeudarte
19.Oct.2022. Finanzas. Probablemente estés pasando por un momento en el que tienes que tomar la decisión de tomar un crédito para lograr un sueño: estudiar, realizar un viaje, la compra de una casa, etc. Pero cuando piensas en endeudarte, te sobreviene una sensación de vértigo, angustia y desespero, especialmente porque sientes que es adquirir un compromiso con un banco o una institución financiera en un mundo y momento de alta incertidumbre. Quieres esperar el momento perfecto para ello.
La cosa es que no existe el momento perfecto para endeudarte. Puede que en algunos momentos sea más conveniente acceder a un crédito que en otro, pero el momento perfecto no existe. Y la realidad es que hay cosas que no se pueden lograr en la vida sin pedir un préstamo (a menos que hayas nacido en una familia que pague todas tus necesidades y gustos de contado).
La buena noticia es que se puede vencer esa sensación de vértigo. Quizás sea el momento de vencer ese miedo que sientes cuando piensas en endeudarte.
Endeudarse desde el punto de vista de Finanzas Corporativas
Lo primero que debes saber es que las empresas necesitan endeudarse para realizar sus operaciones. Así que endeudarse es algo tan normal como respirar.
De Finanzas Corporativas sabemos que el valor de una empresa es la suma de su capital y su deuda. Y es por esta razón que las compañías buscan su nivel óptimo de endeudamiento. Ahora bien, ¿sería posible que los ciudadanos de a pie podamos conseguir un nivel óptimo de endeudamiento también? Para responder esta interrogante nos compararemos con las empresas.
Existen cuatro razones para endeudarse:
- Para realizar una compra que requiere una alta inversión
- Para evitar quedarnos sin efectivo
- Para acceder a mayores líneas de crédito
- Para resguardar nuestro dinero
Para realizar una compra que requiere una alta inversión
Las empresas se endeudan como parte de sus operaciones diarias o para motivos de expansión. Los ciudadanos de a pie también.
En la gran mayoría de los casos, realizar la compra de algunos bienes o servicios en efectivo (débito) es prohibitivo. Esto hace que tengamos que recurrir a préstamos bancarios o a las tarjetas de crédito. Los ejemplos clásicos de esto lo podemos apreciar en la compra de un vehículo o una vivienda. Sin embargo, cada vez más en la adquisición de artículos que existen en los hogares: muebles, electrodomésticos, aparatos electrónicos, etc.
Si continúas retrasando alguna compra hasta que tengas el monto total del valor de lo que deseas adquirir, es posible que durante ese ese tiempo, dichos artículos continúen subiendo de precio mientras que tu salario o ingresos, probablemente no crezcan de la misma forma.
Para evitar quedarnos sin efectivo
Las empresas siempre manejan una cantidad en efectivo para operaciones sencillas (al menos una caja chica). Los ciudadanos de a pie también necesitan hacerlo.
A través de las tarjetas de crédito, usadas responsablemente, tienes la oportunidad de financiarte, es decir, evitar quedarte sin efectivo en el día de hoy y reservarlo para operaciones en las que necesitas contar con él en el futuro. Entiéndase por efectivo no sólo el dinero que tienes en la billetera sino también el que tienes disponible en el banco.
El crédito de una tarjeta de crédito puede brindarte hasta casi dos meses para realizar el primer pago (mínimo o no). Esto dependerá de la fecha de corte y fechas de pago. Esto te permite disponer de dinero para otros temas de manera provisional (tal y como hacen las compañías).
Las empresas que se financian y honran sus compromisos a tiempo, reciben mayores oportunidades de préstamos a tasas atractivas. Las personas de a pie también. Si usas tus tarjetas de crédito con responsabilidad, es decir, cancelas al menos el saldo mínimo a tiempo, verás que algunos bancos te buscarán para ofrecerte otras tarjetas o para notificarte que tienes créditos pre-aprobados.
En este punto, valdría la pena hacer las siguientes observaciones:
- a. Solicita una tarjeta de crédito. Es importante contar con al menos una tarjeta de crédito. De hecho, es lo primero que te pedirán para obtener algunos servicios. Esto significa que valdría la pena que busques la manera de tener una tarjeta de crédito apenas tengas la oportunidad.
- b. Intenta mantener una tarjeta de crédito completamente vacía. Esto te permitirá tener disponibilidad ante una emergencia.
- c. Chequea regularmente los consumos de tu tarjeta de crédito y débito. Disciplínate en ello ya que de esta forma podrás darte cuenta de consumos que podrían estar cargados erróneamente.
En el futuro puede que necesites acceso a mayores créditos (como un crédito hipotecario). Endeudarse, así sea por cortos espacios de tiempo, siempre es positivo porque te permite generar un historial de crédito.
Para resguardar tu dinero
Las empresas contratan personas para realizar un seguimiento de las cuentas de la compañía. Los ciudadanos de a pie no suelen hacerlo.
Si no tienes tiempo de revisar cómo van tus cuentas bancarias en el banco, entonces valdría la pena que comiences a usar más a menudo tu tarjeta de crédito en lugar de las de débito. Recuerda que si usas tu tarjeta de débito y ésta es clonada o se hace cualquier otro fraude, se trata de un dinero tuyo con el que no podrás disponer de manera inmediata.
Si por el contrario, el fraude ocurre con tu tarjeta de crédito, se trata de dinero del banco, en lugar de tu dinero.
Y entonces... ¿cómo endeudarnos?
Siguiendo la misma línea anterior, valdría la pena responder esta pregunta comparándonos con las empresas:
- 1. La mayoría de las corporaciones tienen razones bajas de deuda a activos
Tu también puedes hacerlo. De hecho, lo primero que tendrías que hacer es saber en qué estás gastando el dinero neto que recibes (luego de impuestos y deducciones). En economías sanas, un 30% de lo que percibes debería estar destinado a alquiler y/o vivienda, mientras que otro 30% máximo en alimentación. Pero muchas veces esto no es así.
En tu caso, calcula cuánto de tu ingreso mensual estás gastando en comida y vivienda. Luego resta este importe a tu ingreso neto del mes. La mitad de la cantidad que te queda es tu capacidad de endeudamiento mensual. Un monto mayor debería encender alarmas.
- 2. Hay empresas que no utilizan deudas. Usualmente son empresas familiares
Sería ideal no tener deudas, pero eso no siempre es posible. Sin embargo, si actualmente tienes un nivel de endeudamiento alto, es momento de bajar las deudas en las tarjetas de crédito a través de dos acciones:
- Buscando un ingreso extra. Si tu salario solo alcanza para pagar deudas es hora de que consideres realizar una actividad extra que te permita reducir tu nivel de endeudamiento. Tu situación no mejorará de otra forma.
- Refinanciándote. Si tienes acceso a préstamos a tasas fijas y más bajas, puedes recurrir a ellos para pagar los créditos con tasas más altas. Esto aplica con las tarjetas de crédito (que suelen ser altas).
- 3. Los niveles de endeudamiento de empresas pueden ser diferentes entre sí
Una empresa farmacéutica se endeudará más que una empresa de tecnología. Esto es así porque la primera, debe invertir más en investigación y desarrollo que la segunda.
De la misma forma, no todas las personas se pueden endeudar de la misma manera. Si una persona que conoces tiene un nivel alto de deuda (se compró un vehículo y una casa a crédito al mismo tiempo) y te dice que tienes que hacer lo mismo, no significa que tu tengas que hacerlo. Cada quien tiene situaciones financieras diferentes y por lo tanto, las decisiones en materia económica también lo son.
Los gerentes de empresas tienen un objetivo para endeudarse de acuerdo con las siguientes estadísticas:
- Tienen un objetivo flexible (37%)
- Tienen un objetivo muy estricto (10%)
- Tienen un objetivo un tanto estricto (34%)
- No hay un objetivo (19%)
Como ciudadano de a pie, es importante que busques un objetivo para endeudarte. Valdría la pena que supieras si tus objetivos son flexibles, estrictos o no hay un objetivo en particular. Esto te permitirá intuir si vale la pena endeudarte o no.
5. Las empresas miden su nivel de riesgo
Las empresas farmacéuticas tienen ingresos operativos inciertos porque nadie puede predecir si las investigaciones que se realizan generarán nuevos medicamentos. Hay mecanismos para medir su riesgo.
Por ejemplo, si tu empresa no va bien y puede que haya una reducción de personal, quizás debas cambiar de trabajo antes de embarcarte en una deuda importante. Valdría la pena que estimes si contarás con tus ingresos en el futuro, ya sea en el corto, mediano o largo plazo. De esta forma podrás saber si puedes comenzar a endeudarte o seguir endeudado. Si tomas las medidas correctas hoy, tu bolsillo y tu salud física y mental te lo agradecerán en el futuro.
Magdiel J. Sevilla
@magdieljsevilla
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