Homosexualidad, adopción y familias homoparentales
17.Oct.2023. Política. Hay muchas cosas que no entiendo de la gente. Quizá demasiadas. Frases, ideas, creencias, pensamientos, acciones, decisiones que en mi cabeza no hacen sentido. En mi mente no habría forma alguna de llegar al mismo punto que ellxs. Creo firmemente que de ahí nacen los malentendidos, las “diferencias irreconciliables”, los pleitos y el odio. De nuestra incapacidad de procesar las decisiones ajenas y respetarlas.
Era muy común para mi dejarme llevar por la frustración y pelear para demostrar mi punto con el afán de que la otra persona no solo lo entendiera, sino que estuviera de acuerdo y cambiara su posición.
Con el tiempo aprendí a identificar estas situaciones, a dejar ir mi frustración y a respetar los procesos mentales ajenos. Encontré la paz. “We can agree to disagree” ("estamos de acuerdo en que podemos estar en desacuerdo") es una de mis banderas pero, para alguien como yo, no fue nada fácil.
En los últimos días he visto varias publicaciones de odio en las que se habla de “la aberración” que sería permitir que una pareja del mismo sexo pudiera adoptar a un niño o niña con la sola intención de formar una familia.
En estos posts del autodenominado Frente Nacional por la Familia se muestra a una niña jugando fútbol con una leyenda que dice: “¿Estás a favor de la homosexualización de los niños?”. First of all… That’s not even a word! (Primero que nada... Eso no es ni siquiera un palabra!). Y en segunda, la imagen es por demás machista y represora.
Realmente me molesta mucho ver que cada que se discute la homosexualidad o la adopción por parte de parejas del mismo sexo, invariablemente se termina hablando de la religión (cristiana) y su biblia. ¿Por qué? ¿Por qué es tan difícil para los más creyentes aprender a respetar a los demás y a asimilar que sus creencias no son las de todos?
Me pongo en un ejemplo
Soy Xaúl Sandoval. Una persona respetuosa, honesta y atea. No creo en la existencia de un dios. De ninguno de los tantos que se mencionan en los libros. En esas hojas con letras que forman una historia. Soy felizmente ateo y, al mismo tiempo, una persona de bien que respeta las creencias de los demás porque teóricamente estas les generan paz.
¿Por qué mis derechos habrían de ser afectados por lo que “dice” un libro en el que no creo? ¿Por qué habría yo de apegarme a las doctrinas estipuladas por una institución a la que no soy afín? ¿Por qué las leyes de un país o del mundo deberían alinearse con las creencias de un grupo de personas (cada vez menos relevante)? No lo entiendo. Nunca he podido.
¿Alguien por favor quiere pensar en los niños?
Uno de los argumentos de este grupo de personas es la estabilidad emocional y el pleno desarrollo de los niños potencialmente adoptados. Pero vamos a ser muy honestos: We don’t give an actual fuck about those kids (realmente no nos importan esos niños).
La mayoría de quienes estén leyendo este texto y yo, no iremos a adoptar un niño o niña para darles una mejor vida. Y sí, es una situación triste que un menor de edad tenga que crecer sin padres o sin hogar. Pero pocos son los que se atreverían a hacerse responsables de unx de ellxs. Es una realidad. Y no es porque seamos malas personas, simplemente todos operamos con un nivel promedio de egoísmo que nos hace concluir que su precaria situación no es nuestro problema.
“No podría”, “No tengo el tiempo”, “No tengo dinero para mantenerlx”, “Prefiero que tengan mi sangre”, “Es una gran responsabilidad”y mi favorita: “No sabemos qué enfermedades hay en su familia” #TrueStory (#HistoriaReal).
¿Por qué luchar para evitar que quienes sí tomarían esa gran responsabilidad formen una familia y provean de amor y educación a un infante? ¿Por el temor de que esxs niñxs se “conviertan” en homosexuales? Y aunque lo fuera, ¿cuál es el problema? ¿No navegan todxs con la bandera de “No soy homofóbicx”? ¿Entonces cuál es el temor?
A todas esas personas que están en contra de la adopción por parte de parejas del mismo sexo, los invito a pensar en sus razones, analizarlas y tratar de llegar a su raíz. Así podrán darse cuenta de lo absurdas que son. Así podrán darse cuenta que no están luchando por la familia. Están luchando por perpetuar sus propias creencias y esto no es más que la más evidente muestra de egoísmo.
Los invito a dejar ir su frustración y a respetar las vidas y los procesos mentales ajenos. Les pido que hagan todo lo posible por encontrar esa paz en la aceptación de la diversidad sexual y la libertad de culto, aunque entiendo que para alguien como ustedes, no será nada fácil.
Xaúl Sandoval
Artículo publicado en el sitio web www.regiogay.com.
Para ver el material original haz click aquí.
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