imagen dentro de una discoteca gayConfesiones de Medianoche: `Me pasé de copas y no recuerdo nada de lo que pasó anoche en la discoteca gay´

 

28.Ago.2022. Anécdotas. Mi nombre es Agustín. Soy colombiano pero me vine a vivir a España hace tres años. Como mis padres son italianos y tengo la nacionalidad, me vine a Europa hace cuatro. Primero estuve en Italia, pero ahora estoy viviendo en España, donde creo que tengo más oportunidades. De hecho, me va mejor aquí en Madrid que en Milán. Mucho mejor.

 

El mundo gay aquí en Madrid no tiene nada qué ver con el de ninguna ciudad de Colombia. Tampoco con Milán, donde viví por poco tiempo, ni ninguna de las otras ciudades que he conocido. El centro de Madrid es muy gay: la zona de Sol, Lavapiés, Malasaña y Chueca, por supuesto, el barrio gay por excelencia.

  

jovenes de marchaYa para mi es totalmente normal ver a dos hombres tomados de la manos por la calle, o abrazados, o besándose. Fue difícil para mi hacerlo la primera vez. Ya me sale natural. Uno se acostumbra o se adapta rápido a estas cosas. Jamás pensé que podría hacerlas. Soy de Medellín, Colombia. Allá estamos a años luz de hacer estas cosas con tanta normalidad y naturalidad.

 

Algo que me parece curioso es que he conocido muchos hombres gays españoles que no saldrían a discotequear solos. Esto es algo que yo siempre he hecho con toda naturalidad. Pero al mismo tiempo, debo confesar que hay cosas que he hecho en España que jamás habría hecho en mi país comosalir solo a una discoteca (gay o no) y pasarme de copas hasta emborracharme tanto que al día siguiente no recordara nada de lo sucedido. En Colombia y creo que en ningún lugar de Latinoamérica puedes permitirte hacer algo así. Es una precaución que siempre debes tener en cuenta por tu seguridad.

 

noche de copasTampoco he sido víctima de la burundanga, esa droga sexual que te hace perder el conocimiento, que te hace perder la voluntad y te deja a merced de alguien con inescrupulosas intenciones. Pero una vez creí ser víctima de burundanga. Fue cuando salí de fiesta en el centro de Madrid y luego entré a una discoteca gay pasada la medianoche y bebí tanto que tuve un "blackout" porque no me acuerdo lo que pasó allí. Casi diez horas después, terminé despertándome en la sala de mi casa casi al mediodía del día siguiente sin recordar cómo llegué allí, qué sucedió en la discoteca gay, qué hice, etc.

 

La película resacón (the hangover) puede ser anecdótica. Yo no recuerdo qué hice, qué dije, con quién hablé, con quien interactué, con quién me besé en la discoteca, con quién bailé, nada. Nada de nada. Me vino a pasar en Madrid. En una de mis discotecas gays favoritas: El Bearbie. Cómo quisiera recordar lo que sucedió esa noche... 

 

 

 

gays en discoteca gay con blackout de tanto beber

 

 

 

 

Una noche que no era para salir de marcha (de rumba)

Siempre que salgo tomo mis precauciones. Suelo comer mucho para hacer estómago. Pero estaba haciendo dieta. Quería perder peso para verme fabuloso en verano, especialmente en el Orgullo de Madrid, día en que aparecen los hombres más guapos de todo el mundo, todos sin camisa, chicos de todos los tamaños, colores y sabores.

 

Todo comenzó con mi vecino español (no gay), quien me invitó a tomarme algo en el barrio Malasaña, barrio que no conocía bien. Recuerdo que esa noche sólo había cenado unas galletas tipo crackers, y un vaso de leche. Pero me dije que me tomaría un par de cervezas y listo. Mi primer error. Mi craso error. 

  

hombre sexy que no recuerda lo que pasó anocheResulta que los amigos de mi vecino, un par de españoles y un veneco, eran muy simpáticos. Todos heteros para mi desgracia, pero guapos. Así que no sólo fueron dos cervezas. ¿Fueron siete? ¿Ocho? No tengo idea... Primero fue jugar billar. Luego, la idea era irnos de marcha, de bares o de discotecas.

 

Cuando comenzaron a hablar con unas chicas del bar, pensé que ya no tenía nada qué hacer allí. Decidí irme a casa. Pero había un problema. Estaba muy cerca de la calle Fuencarral, calle que divide al bario de Malasaña con el barrio gay por excelencia: Chueca

e. Fue allí cuando ocurrió mi segundo error. Mi otro yo tomó control de mi cuerpo escuché esa voz diciéndome: ¿Qué tal si nos tomamos la última copa en el Bearbie? 

 

chico reflexivoEl Bearbie, ubicado en la Plaza de Pedro Zerolo 2, antigua plaza de Vázquez de Mella, es originalmente un bar de osos. Pero no sólo van osos. Realmente van hombres de todas las edades, aunque el promedio es alrededor de los 30 años. Es uno de mis sitios favoritos. Allí la gente es más relajada. Se puede conocer gente con más facilidad y lo mejor de todo, es que la mayoría son hombres velludos. Si. Los españoles suelen ser muy velludos. Gracias a Dios.

 

Suelo ir mucho al Bearbie, pero ese viernes no estaba en mis planes. En mi estómago sólo había unas galletas, un vaso de leche, no se cuántas cervezas y ahora quería sumar una última copa en el Bearbie. Una sola. Lo que no sabía, es que una copa más podía hacerme perder el conocimiento. Sería un blackout que no olvidaré el resto de mi vida.

 

Iban a ser las tres de la mañana. Recuerdo que pagué mi entrada al local, que me daba derecho a una copa y di mi vuelta de reconocimiento. Estaba contento. Mi cabeza suele asociar música+chicos+discoteca con alcohol y pronto me dio sed. Debí irme directo a bailar, sudar, esperar. Pero allí vino mi tercer error. Pedí una "cuba libre" o cubata, como se le dice en España.

 

Me costó ir a la barra, me costó salir de ella pero me fui bailando y bebiendo mi copa. Recuerdo que un hombre alto se me acercó mucho. Un hombre muy alto. Bebí de mi copa y lo miré inclinando mi cabeza hacia arriba para mirarle directo a los ojos. De verdad que era muy alto. Me sonreía... Y ese es mi último recuerdo. Desde allí no recuerdo más...

  

 javier francisco escobarMi encuentro con la realidad... nueve horas después

Desperté sentado en la sala de mi casa. A las 12:00 de la mañana. Cuando desperté me sentía desorientado. No sabía qué hacía allí, qué hora era, qué había pasado. Intentaba reconstruir todo. Mi salida con mi vecino, sus amigos... la discoteca gay... allí se acababan todos mis recuerdos, con aquél hombre alto que me sonreía.

 

Pronto reparé en que tenía puesto un abrigo que no era mío. En mi cuello, una bufanda que no me pertenecía. Cuando me di cuenta de ello me asusté. Me asusté mucho... ¿De quién demonios era esa bufanda y ese abrigo? Me levanté del sofá y comencé a revisarme. Fue en ese momento cuando pensé que me habían suministrado alguna droga sexual o burundanga.

 

Afortunadamente tenía mi billetera, tenía mi teléfono, revisé en casa y no habían robado nada. Pero comencé a temblar del susto. Me revisé para saber si había tenido sexo y al parecer no tuve. Pero me sentía impotente. ¿Qué demonios había pasado? ¿Por qué tenía una ropa que no era mía? ¿Dónde estaba mi abrigo? ¿Mi bufanda? 

 

hombre aerieCuando vemos la peli "¿Qué pasó ayer?" o "Resacón", en cualquiera de sus partes, tendemos a reírnos. Cuando eres tú quién no recuerda lo que pasó quieres llorar, gritar, hacer lo que sea para recordar lo que pasó. Allí estaba yo, en medio de la sala de mi casa, con una bufanda y un abrigo que no eran míos. Llegué a la conclusión que me habían robaron el abrigo. Era mucho mejor que el que tenía puesto.

 

Me desvestí y pasé el resto de la tarde acostado en el sofá, lamentando mi comportamiento. Pudo haberme pasado algo peor. Pudieron haberme quitado el teléfono o mi billetera. Pudieron haber desvalijado mi apartamento.

 

Pudieron haberse aprovechado sexualmente de mí. Pudieron haberme hacho daño. Hay hombres que buscan tener sexo con hombres borrachos que estando sobrios no les prestarían atención.

 

Sexy hunk hombreDi gracias a Dios. Me prometí "no beber nunca más" e intenté racionalizar lo que había pasado. Había sufrido un blackout. Y en mi proceso aprendí que no todos los blackouts son iguales. Hay dos tipos: de “bloque” y “fragmentario”. El blackout del tipo fragmentario es cuando la persona pierde la memoria de manera intermitente, mientras que el blackout de “bloque” se refiere a perder los recuerdos de periodos muy largos de tiempo. Quienes experimentan el primer tipo, generalmente pueden recordar los eventos olvidados cuando alguien les cuenta lo sucedido. Los que experimentan el segundo tipo, no.

 

Llegué a la conclusión de que había sufrido un blackout de bloque dado que no recuerdo nada en en espacio de varias horas.

 

La llamada perdida que cambió todo

Allí, en mi sofá. Lamentándome por mi abrigo perdido casi a las cuatro de la tarde, dando gracias porque no me robaron ni me hicieron daño, comencé a ver los mensajes y llamadas perdidas que tenía ese sábado por la mañana. Había quedado en salir con unos amigos y me habían llamado para saber dónde estaba.

 

Les escribí por whatsapp disculpándome a cada uno de ellos. Me sentía avergonzado. Me sentía como el peor de todos los hombres. Pero de pronto algo llamó mi atención. Tenía una llamada perdida en mi teléfono e indicaba que había sido a las cinco de la mañana. Mis ojos no podían creer lo que veían. Porque la llamada era perdida, pero no era un número desconocido. La llamada pertenecía a un "Miguel Angel Mallorca"... ¿Quién demonios era Miguel Angel Mallorca? ¿Cómo era que yo tenía una llamada perdida de él? ¿Cómo era que yo había registrado su número a las cinco de la mañana? ¿Cómo era posible que no me acordara de nada?

 

Quería vomitar.

 

cachorro de oso cubsMe armé de valor y le escribí un whatsapp:

 

"Hey... perdona... tengo una llamada perdida tuya en mi teléfono... ¿nosotros nos conocimos anoche?"

 

Su respuesta fue:

 

"¿Qué pasa Agustín?, ¿cómo amaneces? Eres un colombianito simpático. Claro que nos conocimos anoche... tu estabas muy borrachito..."

 

No cabía en mi asombro. Otra vez tenía ganas de vomitar. Cómo era que no recordara nada. Me volví a armar de valor. Lleno de vergüenza. Es totalmente embarazoso hablar con alguien que dice conocerte pero de quien tu no te acuerdas y sostuvimos una conversación.

 

03 consejo para hombres gays o bi Miguel Angel Mallorca resultó ser un español muy simpático. Venía de la ciudad de Mallorca. Estaba de visita a Madrid. Me contó cómo nos habíamos conocido. Me envío fotos para que lo recordara, me contó que él mismo grabó su número en mi teléfono porque yo no podía ni manipularlo por lo borrachito que estaba. Y yo no me acordaba de nada de eso.

 

Hay gente que cuando pierde el control de sí, suele subirse a las mesas, quitarse la ropa, tener sexo sin protección, y hacer otras locuras. Cuando ya había algo de confianza le tuve que preguntar:

 

"Miguel Angel... ¿cometí una locura anoche?"

 

Miguel Angel Mallorca se rió de mi un buen rato. A continuación me dijo que sólo habíamos hecho una travesura. Sudé frío... pero le pregunté:

 

"¿Qué hice Miguel Angel?"

 

Hombre atractivo que no ha sufrido blackout en su vidaÉl me respondió:

 

"Nos dimos unos buenos besos... tu y yo... ahhh y un tercero que andaba por allí.... Nos besamos entre tres..."

 

Era una realidad. Quería que me tragara la tierra. Efectivamente había tomado el control de mi cuerpo ese otro yo. Haciendo cosas que nunca haría yo en mi vida en estado sobrio. Pasado el momento incómodo le pregunté:

 

"¿No hicimos nada más Miguel Angel?... mira que me quedé con tu abrigo y tu bufanda..."

 

A lo que él me respondió:

 

 

"Ehh... ¿qué abrigo? ¿Qué bufanda? No son míos Agustín... yo tengo mi bufanda... y mi abrigo. Justo antes de cerrar la discoteca, a las seis de la mañana me fui. Tu te quedaste".

 

Yo volvía al punto de partida. ¿Qué demonios había pasado? ¿Por qué tenía una ropa que no era mía? ¿Dónde estaba mi abrigo? ¿Mi bufanda? Le dije a Miguel Angel que había despertado en la sala de mi casa con un abrigo y una bufanda que no eran mías. Miguel Angel me dijo que probablemente alguien se había llevado las mías. Pero eso no tenía sentido, yo había dejado mi bufanda y mi abrigo en el ropero. Entonces Miguel Angel me dijo:

 

"Si dejaste tus cosas en el ropero y tienes el ticket, todavía tus cosas están allí".

 

hombre de bigote sexyRevisé mi billetera y para mi sorpresa y alegría, el ticket estaba allí. Saltaba de felicidad.

 

A casi las siete de la tarde de ese sábado volví a la discoteca, estaban abiertos, limpiando y arreglando (la discoteca suele abrir de madrugada). Le dije al señor del ropero que había ido a buscar mi abrigo y mi bufanda que había dejado la noche anterior. El señor me dijo:

 

"Si tienes el ticket, tus cosas están allí"

 

Cuando le mostré el ticket al señor me miró con cara de asombro, pero fue directo al ropero a buscar mis cosas. Al cabo de unos minutos venía de regreso y me traía mi abrigo y mi bufanda... pero al dármelos me dijo:

 

"¿Te puedo hacer una pregunta? Con el frío que hacía anoche... ¿Cómo es que te fuiste sin tu abrigo y sin tu bufanda?"

 

Yo le respondí:

 

"La verdad no tengo idea señor... pero este otro abrigo y esta otra bufanda aparecieron en mi casa... no me pertenecen... se los dejo... por si alguien viene a reclamarlos..."

 

hombre cabello largo reflexivoEl señor me miraba atónito. Pero no tenía nada más qué decirle. Me di media vuelta y salí de allí. Los siguientes días estuve neurótico. Veía a gente en la calle y me preguntaba si los habría visto aquella noche, si habría conversado con ellos también. Si tendría alguna anécdota más que contarme. Me preguntaba si entre aquellos hombres se encontraba el verdadero dueño del abrigo y la bufanda que aparecieron en mi casa.

 

La explicación que tengo es que supongo que al cerrar la discoteca vi esas prendas, las tomé y me fui a mi casa, en lugar de ir por las mías que se encontraban en el ropero. Dejé a alguien pasando frío aquella noche y me muero de vergüenza de sólo pensarlo.

 

Miguel Angel Mallorca tenía planes ese sábado por la noche y se regresaba a Mallorca el domingo. Nunca le volví a ver. Corrijo. Nunca le conocí en estado sobrio. Tampoco sabré a ciencia cierta qué sucedió esa noche. Daría lo que fuera porque alguien me hubiera filmado y tener la oportunidad de saber las cosas que hice o dije.

 

No le deseo un blackout a nadie. Ni a mi peor enemigo y espero no volver a repetir una pesadilla como esa. Se que aquél sábado me prometí no beber nunca más pero fui un poco exagerado. Ahora mi lema es "No beber -tanto- nunca más". No quiero otro blackout. No quiero otra laguna mental en mi vida. Nunca más

 

 

Agustín

(Quien no volverá a beber -mucho- hoy)

 


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