¿Sabes que podrías ser un príncipe azul y aun no saberlo?
11.Jul.2023. Curiosidades. Hay hombres muy atractivos, medianamente atractivos o poco atractivos (pero tienen lo suyo), que también son simpáticos, con mundo, buenos conversadores, inteligentes, sociables, con sonrisas preciosas y en muchas ocasiones, con un corazón enorme. Sin embargo, son hombres que creen que no lo son suficientemente buenos ni interesantes para nadie.
Estos hombres suelen quejarse todo el tiempo de que están solos y que no consiguen a nadie que valga la pena. Si alguno se acerca, desconfían porque sienten que no están a la altura y vez tras vez caen en relaciones tóxicas. ¿Es ese tu caso? ¿No serás un príncipe azul y aun no lo sabes?
¿Te sientes identificado con lo anterior? Quizás tu problema es que tienes tanto pánico al rechazo, que no te atreves a acercarte a otro hombre para iniciar un flirteo con él. Esto es consecuencia de la homofobia interiorizada, el prejuicio sobre la homosexualidad que, de pequeños, incorporamos a la representación que tenemos de nosotros mismos.
Como la chica anoréxica que, aún estando esquelética, se ve gorda, hay hombres gays que son realmente guapos, encantadores y tiernos, pero que se ven como "cosas horribles" a las que nunca nadie querrá. Y no salen al mercado. En la mayoría de estos "príncipes azules que no saben que lo son" hay una historia común:
- 1. En su entorno más inmediato han sufrido discriminación o acoso homofóbico.
- 2. De ese acoso les han quedado dos secuelas importantes: la dificultad para gestionar sus emociones y un autoconcepto muy distorsionado (eso del ejemplo de la chica anoréxica).
- 3. Buscaron refugio en su mundo interior y cultivaron la poesía, vieron mucho cine, oyeron mucha música. Habitualmente artes que tenían que ver con la expresión de los sentimientos y con representaciones idealizadas del amor romántico.
- 4. Muchos iniciaron una relación sentimental que terminó fracasando tarde o temprano. Habitualmente son relaciones que terminan volviéndose tóxicas y suele haber dos características. Por una parte, el otro es alguien habitualmente egocéntrico y que puede llegar a ser maltratador pero que resulta el complemento de la segunda característica: es una relación sobre la que se vuelcan todos los mitos y distorsiones acerca del amor romántico que nuestro chico ha ido incorporando en aquellos años de refugiarse en su mundo interior. Todo responde a la regla implícita "puesto que no merezco la pena, debo darlo todo para que alguien me ame".
- 5. Los que no iniciaron ninguna relación de trascendencia, acuden a consulta manifestando que "tienen muchos problemas para iniciar o mantener una relación sentimental".
- 6. Los fracasos sentimentales sirven como "evidencias" que confirman la mala imagen que tienen de sí mismos. A menudo inician nuevas relaciones igualmente tóxicas. En muchos casos sobreviene un proceso depresivo porque una parte de su "mente" llega a convencerse implícitamente de que -ante las "pruebas"- su vida siempre será este tipo de desastre y eso los hunde.
- 7. En caso de aparecer relaciones potencialmente constructivas, las sabotean sin darse cuenta de forma que su creencia distorsionada de que no merecen ser queridos, se confirma.
- 8. El detonante para el inicio del cambio suele tener que ver con una gran crisis personal que les sitúa en el punto de disyunción: así no quiero seguir viviendo, para cambiar mi vida debo cambiar cosas en mí.
- 9. El trabajo terapéutico tiene que ver con detectar, refutar y sustituir todas las creencias distorsionadas que rigen su comportamiento y la visión de sí mismo, pero también con dotar de herramientas para una gestión emocional más óptima.
Al inicio de todo este proceso (al margen de metáforas o juegos léxicos como "príncipe azul" u "hombre diez") solemos encontrarnos con un hombre que ha hecho verdaderos esfuerzos para resultar atractivo (gimnasio, imagen, etc.) así como para profundizar en aquello que verdaderamente es importante en una relación sentimental: el vínculo, la disponibilidad, la ternura, el cuidado mutuo, etc. Pero que, a causa de su distorsión "mental", no se vinculó con hombres constructivos sino con hombres dependientes que necesitaban a alguien que les orbitase para sentirse (ellos) seguros.
Estos hombres suelen manifestar "lo he hecho todo, lo he dado todo, me he esforzado y no ha salido. Si no me ha salido con todo lo que he hecho, nunca me saldrá. Nunca encontraré un amor que merezca la pena". Es muy duro, muy, muy duro, tener que cogerles de la mano y decirles: "hay algo que no hiciste: elegir bien". Pero, lamentablemente, así es y mi obligación como terapeuta consiste en confrontarlos con esa realidad.
Muchos han perdido años de su vida en relaciones tortuosas. Otros han adorado amores imposibles. Otros han ido de desengaño en desengaño. Y me toca anunciarles que ya es hora de que dejen de tropezar con una piedra que no están viendo.
Las recuperaciones pueden ser lentas y el hombre decidir tomarse un tiempo para reflexionar. También pueden ser rápidas: a veces hace falta solamente un "insight" (eso que llamamos "click en la mente") para que el hombre tome conciencia de lo que le ha estado sucediendo y comenzar a ver su vida en términos diferentes (y a vivirla de modo diferente desde ese momento).
Pero lo importante, más que la velocidad, es el contenido, es decir, darse cuenta de lo valioso que es, de lo mucho que tiene para ofrecer y lo mucho que lo valorará un hombre que de verdad merezca la pena y con el que pueda construir aquello que los dos desean: un hogar.
Lo importante de todo esto es que, a diferencia de otros, a ti el hecho de saberte valioso y deseable, te ha llegado cuando ya eras un adulto y estabas preparado para gestionarlo adecuadamente.
Si empiezas a tomar conciencia de tu atractivo cuando ya eres un adulto, sabrás darle la magnitud que tiene y nada más. En todo caso lo usarás como un aliciente para avivar el deseo en tu relación de pareja y haceros temblar de placer mutuamente (y fortificar el vínculo entre ustedes, que es para lo que sirve el deseo).
Eres un hombre hecho y derecho. Un hombre muy atractivo por el que alguien perderá la cabeza. Y tú por él. Como siempre soñaste y nunca acabaste de creerte.
Gabriel J. Martín
Extracto del artículo publicado en el blog http://elblogdegabrieljmartin.blogspot.com/.
Para ver el material original puedes hacer click aquí.
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