Todos los años conocemos nuevos artistas y agrupaciones gracias a temas que alcanzan mucha popularidad. Algunos de ellos sólo llegan a tener un solo éxito por los que los recordamos. Otros desaparecen repentinamente, justo cuando creíamos que tendrían una carrera larga y prometedora.

Si tienes menos de 30 años, probablemente no las recuerdes. Pero a finales de los años 90, la agrupación británico-cadandiente “All Saints” tuvo un ascenso casi meteórico en las listas musicales de todo el mundo gracias a éxitos como “Never ever”, “Black Coffe” and “Pure Shores”, tema que catapultó a sus cuatro integrantes a la fama, especialmente porque ese último tema formó parte del soundtrack de la película The Beach”. En la actualidad, muchos recuerdan que esta agrupación se desintegró, pero no que han tenido algunas apariciones este verano en algunas ciudades británicas. Un día como hoy, apetece repasar algunos de sus más memorables éxitos. ¿Te sumas?

Entre 1997 y 2001, All Saints fue una de las mejores bandas británicas. Su álbum debut se convirtió en el tercero más vendido de todos los tiempos en Reino Unido de un grupo femenino. La agrupación o “girlband” estaba compuesta por Melanie Blatt, Shaznay Lewis y las hermanas canadienses Nicole y Natalie Appleton, quienes llegaron a liderar las listas musicales en todo el mundo con “Never ever” y las versiones de “Under the bridge” y “Lady Marmalade”.

Para algunos, la agrupación All Saints llegó al mercado musical como una alternativa a las Spice Girls, incluso como rivales en cuanto a popularidad y fama internacional. Pero Mel Blatt llegó a desmentirlo en diferentes medios de comunicación: "Cuando éramos comparadas con ellas yo decía 'No, no, no. Nosotras escribíamos nuestra propia música y estábamos aquí para actuar. Queríamos ser una banda, solo una banda”.

Con su segundo álbum titulado “Saints & Sinners” (2000), lograron estar en el sitial de honor en las listas británicas gracias a temas “Pure shores” y “Black coffee”. Pero tan rápidamente como ascendieron, se derrumbaron. A principios de 2001, el cuarteto anglo-canadiense anunciaba su separación. Necesitaban darse un respiro, que corriera el aire y "poder aclarar las cosas” entre ellas. La inmensa presión, la falta de comunicación y las continuas peleas entre ellas, no hicieron posible que estas cuatro chicas permanecieran en el tiempo.

Cinco años después de la disolución, en el 2006, las cuatro integrantes de All Saints dejaron de lado sus diferencias e hicieron las paces y a comienzos de ese año, el grupo anunciaba su regreso con un nuevo álbum, Studio 1. El más menospreciado de su carrera. Habían firmado un acuerdo de un millón de libras (con Parlophone) por volver antes incluso de haber grabado una sola nota. Y, de nuevo, sintieron esa presión que les resultaba tan familiar. Las cosas no resultaron como esperaban y la agrupación se volvió a desmantelar.

En 2014 fueron teloneras de la gira de los Backstreet Boys por Reino Unido. En 2016 publicaron Red Flag, su primer álbum en una década. Y en 2018 vio la luz Testament. Lo último que han publicado es una versión de Message in a bottle junto a Sting, en 2020.