ciclista sexyConfesiones de Medianoche: `El ciclista del culotte irresistible´

 

22.Jun.2023. Anécdotas. Seguro que hay gente que ha leído el título de esta confesión y ha pensado que se trata de algo vulgar y soez. Que la mente de nadie se vaya por la tangente y se escandalice o piense en lo que no es. Pero de acuerdo con la Real Academia Española, un culotte es una palabra francesa que en España se llama también "culote" y no es más que esa prenda de ropa acolchado que usan los ciclistas. Seguro que todos hemos visto a ciclistas a hacer deporte con esta prenda que suele ser ajustada y de material de licra (o lycra).

 

Quizás por ello, pienso que hacer ciclismo es uno de los deportes más sexys que existen, junto con el rugby (y esos pantalones cortitos o "shortcitos", ufff), y el waterpolo. Pero esta anécdota tiene que ver con esas prendas de ropa que por cierto, yo no tengo, aun cuando me gusta hacer ocasionalmente bici.

 

Sí. Suelo hacer bici los domingos, en carriles bici o en avenidas que se cierran al tráfico para que la gente pueda hacer deporte por allí, para que sea un sitio dedicado para pasear, correr, caminar o manejar bicicleta.

 

Ese domingo habían muchos ciclistas haciendo deporte, como siempre. Pero ese día hice algo que no suelo hacer y es que me detuve en un sitio donde varios de ellos se detienen a descansar.

 

El ciclista protagonista de esta historia estaba junto a su bici realizando un descanso. Se había detenido también a descansar a unos escasos metros de mí. Pero había una diferencia importante entre él y yo. Yo estaba vestido con ropa de paseo, mientras que el parecía ciclista profesional pues llevaba ropa de carrera, es decir, él estaba vestido con el típico ciclista profesional, con su maillot y su culotte.

 

Sexy hunk hombre marcando paqueteDebo confesar que los hombres que usan prendas ajustadas me ponen nervioso. Así como a un hombre se le va la mirada al busto de una mujer, a mí se me va la mirada al paquete de un hombre con lycras (aunque en ocasiones, la mirada se me va lleve o no lycras).

 

Este ciclista, rapado y de gym no sólo tenía lycras. También tenía un bulto que llamaba la atención y verlo “arreglar” su paquete de posición cada cinco minutos me descolocaba demasiado. No pude evitarlo. No podía dejar de verlo. Como él llevaba gafas oscuras no sabía si me miraba. O peor aun, no sabía si yo me había delatado ante él con tanta miradera de mi parte. En una discoteca gay uno sabe que todos son gays. En la calle es diferente. Uno no sabe si uno está frente a un hombre hetero que reaccionará agresivamente si se da cuenta que otro hombre quiere algo con él.

 

Pocas veces me he arriesgado. Pero decidí hacerlo. Pasé a la primera etapa al abordar un hombre en la calle: “Cortar el hielo”. Luego de unos diez minutos buscando en mi cabeza una excusa creíble para abordarlo, descarté varias posibilidades hasta que decidí que el tema tenía que ser de bicicletas. Él tenía una y yo otra. La de él era de carreras mientras que la mía era de paseo, pero estaba seguro que funcionaría.

 

Decidí preguntarle sobre los frenos. Quería saber si los frenos se podrían ajustar y si me recomendaba un lugar para hacerlo (cosa que era muy cierta). No hay nada mejor que abordar a alguien que te gusta con un tema que realmente te interesa. Es “matar dos pájaros de un tiro”.

 

El ciclista sexy respondió muy amablemente mis inquietudes. Estaba seguro que él se cansaría, se subirá a su bicicleta y me dejaría allí solo. Pero aunque me pareció un hombre muy esquivo y frío, seguía respondiendo mis preguntas. No se iba. Si antes se acomodaba su paquete cada cinco minutos, ahora lo hacía cada tres. Me ponía más nervioso.

 

De hecho, en ocasiones, mientras él miraba hacia otro lado, yo se lo miraba para saber si dentro de esas lycras se escondía una erección. Tenía toda la pinta. Parecía "algo emocionado" pero no sabía si era producto de mi imaginación. Es muy difícil determinar esas cosas en la sombra cuando se trata de una lycra negra, sin ser demasiado obvio ni levantar sospechas.

 

sexy atleta ciclistaDe pronto me sorprendí en la segunda fase al abordar a otro hombre: “hacer preguntas personales”. Cuando haces preguntas personales estás enviando una señal “me interesas, quiero saber de ti”. Si la otra persona comienza a responder las preguntas personales de buena gana entonces puedes pasar a la tercera fase. Estaba seguro que no pasaría de la segunda fase, pero el ciclista estaba allí, prestándome atención, respondiendo a todas mis inquietudes.

 

Así supe a qué hora había comenzado mi ciclista en comenzar su rutina en bici, cuántas vueltas había hecho ya, a qué hora se iría, dónde vivía, a qué se dedicaba, etc. Me sorprendía haber llegado tan lejos. La adrenalina corría por mi cuerpo. Así como la pregunta:“¿Este ciclista será o no será de mi club?; ¿Será que le intereso a este ciclista”.

 

Supongo que estaba en tal estado de embriaguez con las lycras del ciclista que tenía en frente que ni me pensé dos veces pasar a la tercera fase: “pedirle su número de teléfono". Estaba en tal nivel de excitación que no recuerdo bajo qué excusa le pedí su número. Vamos a ver. Le estaba pidiendo el número de teléfono a otro hombre que recién acababa de conocer… en plena calle... así como así...

 

… pero lo más excitante fue que el ciclista me dio su número de teléfono...

 

Al rato nos despedimos, ambos nos fuimos, él a su casa y yo a la mía. No quería que su número de teléfono estuviera guardado en la memoria de adorno (como muchas veces pasa con los números que te dan las Apps de ligue), así que por supuesto que activé la siguiente fase: “filtrear por el whatsaap.

 

hombre con bultoLo primero que hice al llegar a casa fue escribirle… “ya en casa y ahora a comer... estoy muerto del hambre”. Mis esfuerzos no parecían en vano cuando me llegó su respuesta diciéndome “yo también, pero no hay comida… voy a ver si me voy a casa de una tía”.

 

Me la puso facilita, porque rápidamente le respondí “ahhh, pero de haber sabido te habría invitado a comer… yo tenía la comida ya hecha”. Con este mensaje, básicamente le estaba diciendo “te puedo dejar entrar en mi casa… me interesas”. Y estoy seguro que captó mi indirecta, porque me volvió a responder, esta vez con una carita de “sorpresa”, junto con “la carita con la lengua afuera”.

 

Mi estrategia parecía ir en el rumbo correcto. Lo dejé tranquilito esa tarde de domingo. A nadie le gusta que lo bombardeen con mensajes. Hay que dosificar cada contacto, medir cada palabra. Especialmente si no sabes si el otro es gay, bisexual, curioso o hetero.

 

Mi tarde de domingo fue para almorzar, dormir la siesta y visitar a mis padres. Cuando ya era de noche y me devolvía casa me acordé de mi ciclista rapado y de buen cuerpo. Quería comérmeloRepasé todo el encuentro ocurrido en la mañana de ese domingo. Entré en tal nivel de excitación que me decidí por escribirle de nuevo:

 

“¿Qué tal el almuerzo en casa de la tía?”

 

ciclista guapo con equipo adecuadoEn el arte de la seducción, hay que retomar el camino donde se había dejado y mi amigo ciclista me seguía el juego. Todo era demasiado excitante. Más aún cuando vi que me enviaba un whatsapp respondiéndome con un detalle de todo lo que había comido. Luego agregó:

 

Pero estoy muerto, me duelen las piernas como no tienes una idea

 

Otra vez “me la había puesto bombita de nuevo". En toda seducción hay un punto de inflexión. Un punto que cuando decidimos tomarlo, ya no hay marcha atrás. Y esto pasa para cualquiera de las dos partes. Allí, estaba yo. Frente a mi punto de inflexión, mientras conducía por la autopista de regreso a mi casa. Y decidí llegar hasta ese punto cuando le escribí otro whatsapp diciéndole:

 

Qué mal!!! Te mereces un buen masaje. Si no estuvieras ocupado iría a darte un masaje en las piernas”.

 

Cuando le di a la techa “enviar” un escalofrío me recorrió la espalda. Comencé a reír descontroladamente, casi llegando al borde de la histeria. ¿Cómo habría sido capaz de enviar un mensaje como ese a un hombre que recién acababa de conocer? Pero casi tengoun accidente conduciendo cuando un minuto más tarde recibí el siguiente mensaje:

 

¿Por dónde estás? No estoy ocupado. Vivo en el centro. Si quieres te vienes

 

bici en grupo de ciclistasNormalmente estas cosas no me pasan a mi. De pronto me sentí en un mundo paralelo. Había conocido a oro hombre que parecía hetero por la mañana y estaba a punto de ir a su casa a darle un masaje. No se siente lo mismo cuando vas a casa de alguien que acabas de conocer en Grindr o en una disco. ¿Por qué? Porque tienes la seguridad de que el tipo que conoces en Grindr o en la disco es gay o bi. Pero no tienes un 100% de certeza con alguien fuera de ese ambiente.

 

La adrenalina desbordaba de mi cuerpo cuando le respondí:

 

“¿Dónde vives?”

 

Y casi me vuelvo loco cuando me dio su dirección completa. Mi ciclista vivía en el centro de la ciudad, estaba a punto de pasar cerca, sólo tenía que desviarme un poco.

 

hombre en una ruta de bici Lo que hace la adrenalina o el morbo, qué se yo. Pero tenía que entrar en la cuarta y última fase: “coronar. Tomar la vía de acceso a su dirección, dirigirme a su zona, estacionarme en una calle próxima a su edificio, sin tomar en cuenta que se trata de una zona que no conozco, un domingo a las 10.00 pm… toda una locura... Pero no pensaba con la razón. Las hormonas habían tomado control de mi cuerpo.

 

Le dije que había llegado y él bajó a buscarme. Me un sitio para estacionar mejor y subimos a su apartamento, pequeño pero acogedor. Ideal para una persona soltera. Nos saludamos, conversamos un poco y hasta vimos un poco de televisión. La situación era surrealista. Hasta que decidí forzar la barrera diciendo:

 

“¿Y cómo sigues de las piernas?

 

ciclista morenoA lo cual me respondió:

 

Me duelen mucho… Pero estaré mejor. Por cierto, ¿no me habías prometido un masaje?"

 

Le respondí inmediatamente:

  

Claro, tu me dices cuándo y dónde

 

El ciclista sexy me llevó a la habitación. Me dio una crema y se echó en la cama. Yo me senté a su lado y comencé a darle el masaje en las piernas que le había prometido.

 

Ojo, no se dar masajes, pero creo que hice un buen trabajo en sus piernas: batatas, muslos, plantas del pie. Yo estaba en estado neutro. Disfruté mucho el hacerlo. La situación era muy sexy. No sabía si aquello era real o si estaba metido en una película para adultos dirigida al público gay y él y yo éramos los protagonistas de aquella historia. Él se había quedado sin camisa, se había quitado también el pantalón con el que había bajado a buscarme y se había quedado en boxers blancos.

 

Aquí vino un segundo punto de inflexión: cuando decidí hasta su ingle, rozando su miembro. Quería descubrir con mis manos el paquete que en la mañana se encontraba tras la lycra. Esperé su reacción y vi complacido cómo él llevó su brazos hacia su cabeza, tapando su cara, mientras se relajaba. De pronto me dejé llevar, haciendo que mis manos dejaran de ser protagonistas para cederle el paso a mi boca, mis labios y mi lengua, los cuales descubrieron cada centímetro de su cuerpo (salvo su rostro). Lo miraba fijamente. Disfrutaba verlo retorcerse de placer y escucharlo gemir.

 

the unsure masseur shortfilm No se si mi amigo ciclista era hetero, bi o gay. Solo se que nunca llegamos a besarnos. A pesar de que ambos estábamos muy excitados nunca me atreví a seguir forzando la barrera. Jugueteamos en su cama hasta que el me confesó no poder aguantar más. Fue por un preservativo e hizo de activo. Mientras que yo me desempeñé como un buen pasivo, disfrutando un montón. La forma en que nos conocimos, hasta este dulce desenlace me había parecido muy sensual. Poco después de la medianoche me fui a mi casa. Las hormonas y el morbo te hacen olvidar que el día siguiente trabajas y debes madrugar ("sarna con gusto no pica...").

 

Lo volví a ver dos veces más. Una segunda vez en su casa con un ritual muy similar en la anterior y una tercera vez en tienda por departamentos ocasión en que lo noté un poco contento y un tanto nervioso, al mismo tiempo. Quizás porque había gente alrededor. Supongo.

 

He dejado de ir la ruta en donde encontré a este ciclista. Si un día de estos me animo a ir de nuevo, lo buscaré. O hasta me anime y le escriba. algún día de éstos. Tal vez le ofrezca uno de mis masajes. Sería un buen plan, ¿no?

 

Pedro Luis

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. 


¿Quieres compartir con nosotros tus anécdotas, vivencias, experiencias, o cualquier cosa que se te ocurra? Con nosotros puedes hacerlo enviándola a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. Con gusto publicaremos tu boceto, tu idea o tu texto en nuestra sección Confesiones de Medianoche. Anímate!! 

 

Recomendamos ver también: 

 


¿Quieres compartir un comentario, observación o duda sobre este artículo o cualquier otro? Escríbenos a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..

 

Mantente informado sobre cada una de nuestras publicaciones agregándonos a tu FACEBOOK y/o a tu TWITTER.


Pin It