edwinConfesiones de Medianoche: `Mi turbulento comienzo de vida´ 

 

20.Sep.2017. Anécdotas.  Esta semana publicamos la historia de Edwin Diaz, un hombre panameño con una adolescencia y juventud plagada de humillaciones, abusos sexuales y violencia que afortunadamente fueron superados. Es una historia que podría estar ocurriéndole a alguna otra persona en cualquier parte del mundo. A través de esta publicación, él espera poder ayudar a otros que han pasado por situaciones similares. Es su confesión, la cual hemos titulado: "Mi turbulento comienzo de vida".

 


Nos sentamos en un restaurant árabe situado en la zona bancaria de Ciudad de Panamá. Pedimos algo para tomar mientras Edwin nos reitera que desea conversar sobre un testimonio que pudo transcribir en líneas para una organización un tiempo atrás. Está seguro que su historia podría ayudar a otros. Comenzamos.

 

- Hola Edwin, podemos comenzar háblandonos de ti.

Mi nombre es Edwin Alexis Díaz Valdés. Tengo 34 años. Soy homosexual. Tengo una pareja estable de 4 años que quiero muchísimo.

Por mi condición sexual no me siento anormal, ni engendro, "ni me voy a quemar en el infierno". Me gusta comer, jugar, reir, cantar, oir música como cualquier persona. Me gusta ayudar a los demás, en especial a los niños de FANLIC, donde soy colaborador. Amo a los animales, en especial a mis perros Dugy y Marlon, dos cockers que tengo.

 

Soy un profesional exitoso. Me he ganado el respeto y cariño de mis clientes. Tengo amigos a los que quiero demasiado y sobre todo, me siento afortunado de haber encontrado una familia adoptiva que me acepta y me quiere por lo que soy, con mis virtudes y defectos. Cuento con su cariño sin esperar nada a cambio.

 

edwin- ¿Qué es lo que quieres compartir con nosotros?

Hace un tiempo, recibí un e-mail de la Asociación de Hombres y Mujeres Nuevos de Panamá. Necesitaban testimonios sobre la homosexualidad y no lo pensé dos veces en mandar el mio. Tengo que felicitarlos a ellos por la labor que realizan con el fin de que seamos tratados como seres humanos y que nuestros derechos sean respetados. Les deseo muchas bendiciones.

 

Quiero compartir mi testimonio con todas las personas que estén interesadas en aceptarse tal cual y como son para que puedan comprender por qué en ocasiones tenemos conductas erróneas y no lo comprendemos.

 

- ¿A qué te refieres con conductas erróneas?

En una etapa de mi vida fui promiscuo. Tenía una etapa de "desesperación sexual" en la que a veces perdía el control de mi persona.

Cuando era activo con mi pareja, actuaba como si fuera un violador. Quería hacerlo de un modo que nunca olvidara la experiencia. Lo mordía fuerte hasta dejarle moretones, lo arañaba, lo hacíamos tan fuerte que le causaba un dolor profundo y no quedaba complacido hasta que sangraba.

 

Cuando era pasivo y la penetración me causaba dolor, me conectaba con una etapa de mi vida y no podía seguir haciéndolo.

 

- ¿A qué etapa de tu vida te refieres?

Fue una etapa en la que mi mamá me dejaba de vacaciones en casa de mi abuela. Allí fui humillado, abusado y violado reiteradamente por tres de mis tíos. Yo tenía como seis años y esto sucedió hasta las 11 o 12 años.

 

En aquella época recuerdo que cuando me iban a busca a casa de mi abuela, yo salía corriendo con mis cosas, me montaba en el carro y no me bajaba hasta que llegara a casa. Mi madre y abuelos se reían porque yo no me quería bajar del carro, sin saber siquiera por lo que estaba pasando. Nunca me preguntaron por qué lo hacía.

 

Adicionalmente, cuando tenía como 10 años, fui a una reunión junto a otros amiguitos en casa de un vecino y un hombre trigueño me apartó del grupo y me violó. Cuando pude, salí corriendo de allí pero me imagino que al resto de mis amigos les pasó lo mismo.

edwin Diaz

 

Luego todos los muchachos del barrio querían hacerme lo mismo. Como si se hubiera corrido la voz. Todos se me insinuaban, tocándose, enseñándome sus miembros y así sucesivamente. Otros volvieron a violarme a tal punto que sentía que me gustaba que me lo hicieran. Recuerdo el dolor que sentía. Sólo se que no lo podía aguantar. 

 

Fue horrible pasar por todas esas experiencias y mi madre sin darse cuenta de todo lo que pasaba.

 

- ¿Dónde estaban tus padres?

Crecí sin mi padre. Ellos se separaron cuando estaba muy pequeño. Luego mi madre conoció a mi padrastro y tuvo tres hijas con él. Cuando mis hermanas fueron creciendo, yo fui pasando al último puesto.

 

Me sentía rechazado, que no me querían e hice todo tipo de cosas para llamar la atención de mi madre. Pero ella no entendía. Todo lo solucionaba a punta de gritos, insultos, descalificaciones y sobre todo, con golpes.

 

Mi madre me golpeaba por todo. Recuerdo que si traía el uniforme sucio de la escuela, me encerraba en uno de los cuartos de la casa, me obligaba a quitarme la ropa, me pegaba con correas de cuero, chancletas plásticas, ramas de arbol de tamarindo mojado y hasta en una oportunidad me llegó a pegar con una "tajona" que es lo que los jinetes usan para que los caballos de carrera corran más rápido.

 

Luego de pegarme, solía hacerme arrodillar en la puerta principal de la casa, totalmente desnudo, para que todas las personas me vieran. Recuerdo que una vez pasó una señora y cuando me vió allí se tapó la cara y creo que comenzó a llorar. Yo me sentía muy avergonzado que me vieran de esa forma, pero no podía levantarme de allí hasta que fuera a ella de rodillas y le pidiera perdón.

 

En una oportunidad casi me deja ciego de un correazo en la cara, y en otra me puso los pies en la cara y con las manos puso su correo en mi cuello y la apretó tan fuerte que sentí que el aire me faltaba. Gracias a mi padrastro, que siempre me salvaba, no me ahorcó.

 

Una vez me tuvo que llevar al médico para que me atendieran una quemadura, luego que ella me pusiera la mano en el quemador de una estufa eléctrica por haber tomado 0.25 centavos de su cartera. Mi intención era comprarme un helado. Ella me castigó de esa forma porque quería que aprendiera a no robar a nadie.

 

No. Nunca le dije a mi madre sobre las violaciones de mis tíos. Tenía mucho miedo de decirle a mi madre lo que había pasado porque podría ganarme una paliza.

 

edwin Diaz- ¿Supiste de tu padre?

Después de varios años conocí a mi padre. Estaba muy contento cuando lo fui a conocer. Pero mi mundo se derrumbó cuando lo conocí. El me trató como si nada hubiese pasado luego de su abandono.

 

Me dijo para trabajar con él en un taller donde arreglaban plantas eléctricas y bombas de agua. Yo no sabía de estas cosas pero quería intentarlo.

 

El sólo decía que "yo no sabía hacer nada", "que no le daba con la fuerza necesaria", "que no trabajaba como hombre", "que parecía gay". Yo le tenía un poco de miedo pero no me dejaba.

 

Un día necesitaba dinero para la matrícula de la universidad y se lo pedí. Me dijo que si quería el dinero tenía que pintar toda su casa y recoger la basura de su patio. Su respuesta me hizo sentir muy desdichado y frustrado.

 

En una oportunidad me envió a comprar su almuerzo, me confundí y le traje lo que no era. Se llenó de ira. Me insultó delante de sus compañeros de trabajo. Me humilló. Eso fue la gota que derramó el vaso. Le respondí que ya era suficiente. Que no permitiría un insulto más. Que no tenía derechos porque nunca fue responsable conmigo. Le expresé lo arrepentido que estaba de conocerle. Nunca regresé al taller.

 

Un año después me llamó para desearme feliz año. Luego de eso lo he buscado pero han pasado varios ya. He hecho lo que he podido para acercarme. El no ha tenido disposición de hacer lo mismo. Dejé de intentarlo.

 

- ¿Tu familia sabe que eres gay?

 Cuando se lo dije a mi madre se puso a llorar y me preguntó que "por qué me vestía de mujer". Yo le dije que las cosas no eran así, que yo no me vestía de mujer ni me gustaría hacerlo. Ella me pidió que hiciera lo posible para que no se enterara mi familia.

 

Nunca he entendido por qué los padres sienten que se les viene el mundo encima cuando se enteran que sus hijos son gays. Prefieren tener hijos maltratadores, machistas o ladrones.

 

Cuando todo el mundo se enteró, todos estaban horrorizados, como si yo fuera el pecador más grande de este mundo. Tuve que alejarme de ellos.

 

Mi hermana me dijo: "Te veré en una camilla enfermo de SIDA". ¿Y sabes qué? Fui yo quien la acompañó cuando ella estuvo gravemente en cama debido a una enfermedad terminal. Las vueltas que da la vida.

 

- ¿Superaste tu pasado?

edwin DiazQuise vengarme de mis tíos haciendo lo mismo a sus hijos. Llegué a planear cómo lo iba hacer y hasta dónde. Pero cuando estuve con ellos no lo pude hacer. Ellos no tenían la culpa de lo que sus padres habían hecho conmigo. No podía causarles el mismo dolor que yo pasé.

 

- ¿Cómo superaste tu pasado?

Conocí a mi pareja actual, J.N., la cual quiero con todo mi corazón. El tiene una "madre putativa" que me llevó a conocer un día de las madres y con la que también compartimos en unas navidades.

 

Cada vez que nos veíamos me hacía preguntas familiares y no tardó en darse cuenta de que algo había pasado con mi familia.

 

Un día me regaló un libro de superación personal y un cuestionario con unas preguntas. Ella se quedó sin palabras cuando le conté mi historia y al saber que el único momento feliz de mi infancia era cuando comía pollo frito con puré de papas. Recuerdo que en ese momento ella me abrazó con mucho afecto y me sorprendió cuando de su boca salieron las palabras "Te quiero Edwin".

 

Esta maravillosa mujer se llama Celia Moreno, es doctora y a través de sus terapias me pude ir soltando poco a poco de todos los traumas del pasado. Debo decir que fue una experiencia embarazosa el recordar paso a paso cada detalle de mi infancia.

 

Sin embargo, ella me recomendó hablar con mi madre sobre la violación de mis tíos. Así lo hice. Recuerdo que mi madre se quedó callada y no dijo nada. Ni siquiera una palabra de aliento. Nada. En ese momento pude darme cuenta de su irresponsabilidad y su falta de protección hacia mi.

 

En aquél entonces yo ayudaba a mi madre económicamente, así que tomé la decisión de alejarme y suspender la ayuda. Luego supe que ella había conseguido trabajo y que decía que "no necesitaba a nadie". Ella dice que no me va a buscar, que debo ser yo quien la busque porque ella es la madre y yo el hijo. Actualmente estamos alejados.

 

- Edwin, ¿Cómo te sientes ahora?

edwin DiazHe ido creciendo como persona cada día. Ahora puedo reconocer mis emociones y me siento más seguro de mí mismo. Me siento capaz de emprender cualquier meta que me proponga.

 

Aprendí a poner límites para no ser lastimado, incluso por mi madre, mi padre y el resto de mi familia.

 

Me he ido fortaleciendo cada día más y he llegado a apreciar mucho más a las personas que aunque no son familia, a mis mejores amigos, Angie y Frederick, y a todos los que me han ayudado incondicionalmente cuando he necesitado de ello. 

 

Mi relación sentimental va creciendo. Con sus tropiezos, claro. Porque no soy perfecto y me queda mucho por aprender todavía. Tengo que agradecer a mi pareja por su apoyo, tolerancia, paciencia y mucho amor. Gracias a estas cosas, él ha sabido manejar mis cambiantes estados de ánimo y los temores que han provocado muchas ansiedades en el pasado.

 

Me fortalece saber que a través de este testimonio pueda ayudar a otras personas, para hacerles saber que no están solas en el mundo y que otras personas como yo hemos pasado por situaciones como éstas (o peores), las cuales hemos podido superar.

 

- ¿Alguna palabra que quieras compartir con esas personas?

Les dejo una frase que me ha enseñado mucho:

 

"Debemos apartar de nuestras vidas las personas, las cosas o situaciones que nos hagan daño... incluso si esto requiere que te apartes de tu familia".

 

Los cambios se pueden lograr siempre y cuando uno lo desee, es decir, sólo hace falta una persona para cambiar tu vida. Tu.  

 


 

Seguimos conversando sobre los proyectos que tiene Edwin para el futuro mientras cenamos. Nos despedimos a la vez que llegan sus mejores amigos: Angie y Frederick. Se reúnen al menos una vez al mes para lo que ellos llaman "asamblea", que no es más que una excusa para compartir, mantener el contacto y actualizarse sobre lo que ha sucedido en el mes. Edwin les tiene buenas noticias.   

 

Basado en el Testimonio de Edwin Diaz  (2010)

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Fotos, cortesía de Edwin Díaz y amigos.


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