serie looking 2014El final de LOOKING (¿Por qué a los gays les gusta ver series de gays?)

 

23.Abr.2015. Televisión. Recientemente, la cadena HBO emitió en América Latina el último episodio de la serie LOOKING, en simultáneo con la emisión estadounidense del programa que retrata la vida de tres amigos gays en la ciudad de San Francisco. Es decir, retrataba, ya que la serie fue cancelada y no habrá una tercera temporada en las pantallas.

 

El descenso en el rating, sumado a una serie de críticas desfavorables, condujo a la decisión de sacarla del aire. Sin embargo, HBO anunció que emitirá antes de fin de año un especial para que las historias de Patrick Murray (Jonathan Groff), Agustín Lanuez (Frankie J. Álvarez) y Murray Bartlet (Dom Basaluzzo) tengan un cierre para sus fans.

 

LOOKING transcurría en San Francisco, meca de la comunidad gay, y mostraba las experiencias y los amores y desamores de un grupo de amigos en una sociedad en la que la cuestión gay está naturalizada y los miembros de la comunidad GLBT se mueven como peces en el agua en su geografía.

 

Debe recordarse, sin embargo, que a pesar de que el matrimonio entre personas del mismo sexo está legalizado en el estado de California, luego de una ardua disputa entre grupos a favor de la medida y grupos en contra –entre los que se encontraba el ex gobernador Arnold Schwarzenegger– en Estados Unidos en general todavía no existe una ley nacional que ampare este tipo de uniones.

 

Quizás el rasgo más sobresaliente de LOOKING haya sido la frescura y naturalidad con la que mostraba las relaciones entre hombres que desean, aman y tienen sexo con otros hombres. 

 

Relaciones, amores, desamores, infidelidades, sexo casual, fiestas, drogas, alcohol, prostitución, los latinos gay, los chicos WASP, la amiga del gay, los osos, el HIV, la madurez, el arte de género, las diferencias de clase, la música. Es decir, la vida misma; o más o menos lo que pueda encarnarse de la vida en una serie de televisión semanal en episodios de veinte minutos.

 

Tal vez haya que detenerse en la música de LOOKING, que siempre mostró obras muy contemporáneas como parte de su banda de sonido. Desde , Hércules & Love Affaire y Broncho a las argentinas de Kumbia Queer, cada episodio (y cada final de episodio, al caer de los títulos) estaba regado por una dosis acumulada de energía en forma de sonidos musicales.

 

 

looking

 

También es cierto que los protagonistas caían en ciertos prototipos, como Agustín, el reventadito en recuperación (y de ascendencia cubana); Patrick, el hijo de la burguesía con buenas intenciones (y protagonista central); y Murray, el hombre que se enfrenta a la madurez de los cuarenta. Todos convocados por los escenarios más actuales, que no desdeñaban el uso de redes como Grindr, santo y seña –acá y en todo el mundo– del hombre que quiere tener sexo con otro hombre allí donde esté.

 

LOOKING acaba y surge entonces la pregunta sobre cómo hemos sido representados en la ficción y por qué nos gusta tanto y por qué, entonces, no nos dejan seguir viendo LOOKING. Bueno. Podemos aceptar que la serie tal vez había alcanzado un límite narrativo e ingresaba en una etapa de ñoñez. Puede ser.

 

Y podríamos rememorar entonces aquel hito de "Queer as Folk" en sus versiones inglesa y estadounidense, que se mantuvieron con el favor de cierto público por cinco temporadas; o esa sitcom gloriosa llamada "Will & Grace" –que se emitió entre 1998 y 2006–, que quizás haya provisto a uno de los mejores personajes queer de la televisión, encarnado en la divina y alcohólica y malvada Karen Walker; o podríamos pensar localmente en la historia de amor que conmovió a los argentinos protagonizada por Julio Chávez y Benjamín Vicuña en la telenovela "Farsantes" o recordar cómo se juntaban nuestras amigas lesbianas a ver con pasión de club de fans cada episodio de "The L Word", que acá emitía la señal Warner.

 

¿Por qué lamentamos que levanten LOOKING o por qué nos gusta ver esas series o por qué queremos ver películas? ¿Cuál es el ímpetu de la representación?

 

Las minorías no acceden a la representación mayoritaria por definición. Los niños gays y las nenas lesbianas se crían en un mundo que, en principio, implica un código diferente al que les marcan sus pulsiones y que se representa en las ficciones televisivas o cinematográficas.

Seguramente toda persona gay recordará cariñosamente aquella primera representación ficcional en la que pudo avizorar las bondades de la empatía. Un hombre besando a un hombre, una chica enamorada de otra mujer.

 

Para no hablar de otras minorías sexuales con menor acceso a la representación de sus vidas, como las travestis o las transexuales (y mucho menos los travestis y transexuales). Podría ser comprensible: en la sociedad capitalista la producción audiovisual de historias quizás sea riesgosa cuando el mercado al que podría apuntar se ubica entre el 5% o 10% de la sociedad (porcentajes que señalan aproximadamente el campo poblacional de la comunidad GLBT).

 

Porque también es cierto que si bien es verdad que los miembros de la comunidad GLBT consumen la producción audiovisual general, que representa en su mayoría los modos de la vida heterosexual, no ocurre de modo “natural” lo contrario.

 

Mientras escribía este texto hablaba por chat con un amigo que me dijo: “Odio las peliculas de gays. Y en general las de dramas sociales. Sean cuales sean. También las películas de enfermedades”. Esas afirmaciones provocaron una discusión sobre los modos de la homofobia que pueden producirse incluso entre gente inteligente, abierta, con ánimos políticos no sólo progresistas sino revolucionarios y que podrían marcar una cierta manera de señalar la recepción de productos audiovisuales de temática gay. ¿Sólo los gays queremos ver con especial ímpetu esas producciones que nos representen de algún modo?

 

En todo caso, hay mucho para ver. Mientras me lamentaba por el fin de  LOOKING, pregunté en Twitter y en Facebook qué películas con historias gays –con la amplitud que se podría otorgar a ese término– se recordaban con cariño. No veremos más Looking, pero podemos buscar en la web estas películas y series (ordenadas en forma aleatoria de acuerdo a las respuestas a la encuesta en las redes sociales). Porque el cine es más grande que la vida y la vida gay es grande y pequeña y linda y fea y hermosa y fantástica y terrible como cualquier otra. Acá están:

 

  • Milk (Gus Van Sant, 2008)
  • Shortbus (John Cameron Mitchell, 2006)
  • Bent (Sean Mathias, 1997)
  • Pride (Matthew Warchus, 2014)
  • Glue (Alexis Dos Santos, 2006)
  • Will & Grace (David Kohan & Max Mutchnick, 1998-2006) (serie de TV)

 

Diego Rojas

@zonarojas

Diego Rojas es periodista y autor de ¿Quién mató a Mariano Ferreyra? y El kirchnerismo feudal. La verdadera cara de Cristina en las provincias.

Artículo publicado en el sitio web http://laagenda.buenosaires.gob.ar. Para ver el material original puedes hacer click aquí.

 


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