Confesiones de Medianoche: `Mi relación con un hombre casado´
24.Ago.2023. Anécdotas. No existen estadísticas oficiales y probablemente nunca existirá alguna, pero siempre he pensado que todo hombre homosexual ha tenido o tendrá al menos una experiencia íntima con un hombre casado (y casado con una mujer). Y quiero decir algo más: "el hombre gay que esté libre de pecado que tire la primera piedra".
Yo formo parte de esa estadística: sin que me quede nada por dentro, confieso haber tenido una relación con un hombre casado. Quisiera decir que soy una excepción. Pero no. Caí en "las garras de un hombre casado" hace unos cuántos años atrás.
Antecedentes
Pues buen. Conocí a Jairo gracias a un chat dirigido a hombres gays. De esos que habían en algunas webs.
De eso ha pasado mucho tiempo pero debo decir que en aquél entonces era un adicto a esas salas de chat. Era la única forma que tenía para conocer otros hombres. No existían las aplicaciones que se pueden encontrar ahora.
Recuerdo que conversamos un viernes por la noche hasta altas hora de la madrugada y quedamos en vernos a primera hora de la mañana del día sábado. Así de rápido. Así de intenso. Me arriesgué y fui a su casa. Creo que después de todo, mi amigo casado me daba confianza, aunque nunca le pregunté sobre su estado civil porque dí por hecho que Jairo era soltero (craso error de mi parte).
Jairo era médico, alto, moreno claro, lampiño y macizo (contextura gruesa). Su esposa e hija vivían en otra ciudad, a dos horas de la capital. Jairo las visitaba cada cierto tiempo (cuando podía).
En el pasado, cuando conocías a alguien en un chat, se solían compartir números de teléfonos para escuchar la voz del otro y probablemente un correo electrónico para compartir fotos. Era una fortuna lograr que alguien mostrara una foto de cara a través de la web cam. Así que muchos nos arriesgábamos a conocer a alguien en una cita a ciegas. A veces en un lugar público, en ocasiones (y dependiendo de la urgencia o morbo), en su casa o en la mía. Yo conocí a Jairo a ciegas y en su propia casa.
Debo decir que ahora, con la inseguridad que existe en la ciudad donde vivo, jamás haría algo así. Pero eran otros tiempos. Otra edad. Otra forma de vivir la vida. Afortunadamente, luego aparecieron otras opciones mucho más prácticas e inmediatas (como el Mahnunt, por ejemplo y posteriormente el Grindr, Scruff y pare de contar), que sirven como catálogos para seleccionar hombres de todos los colores, tamaños y sabores. Ahora es posible tomar una decisión es luego de ver cientos de fotos (con ropa o sin ropa) en todas las posiciones posibles e inimaginables.
El encuentro
Debí haber pasado la prueba cuando llegué a su edificio ya que me hizo subir luego de verme desde la ventana de una primera planta. Yo no tenía idea de lo que me iría a encontrar. Como siempre, mi corazón estaba a punto de estallar. A veces extraño esa adrenalina de las citas a ciegas y que muchos jóvenes de ahora no conocen.
Subí a su casa y un escalofrío me recorrió el cuerpo apenas entrar. No por nada malo, sino porque al verlo, sentí que algo pasaría esa misma mañana. Sentí que había "feeling". Jairo me había gustado.
...Y no me equivoqué. No habían pasado diez minutos cuando ya nos estábamos dando unos besos y qué besos. Como si no hubiera mañana. Todo muy intenso...
No voy a dar detalles de lo que pasó esa mañana, ni lo que sucedió esa tarde o lo que volvimos a repetir esa noche del sábado. No porque no quiera hacerlo. Ganas no me faltan. Lo que pasa es que creo que al final lo editarán y no lo publicarán. Quedará a la imaginación de los posibles lectores las posiciones, los lugares de la casa que fueron testigos de lo que hicimos, los jadeos y los lugares de nuestros cuerpos que tocamos y exploramos a fondo. Lo que puedo decir es que a los dos nos debe haber gustado lo que hicimos por el tiempo que duró la velada. ¿O no?
Jairo mencionó que era casado en alguna conversación mientras descansábamos (no recuerdo que me lo hubiera dicho antes) y no le di importancia. Después de semejante disfrute, yo andaba fuera de mí mismo. De hecho, nos volvimos a ver el fin de semana siguiente y luego, sin pensarlo, la cosa pasó de un encuentro casual a una relación ya que nos veíamos todos los sábados y domingos.
Yo parecía el casado de la relación porque Jairo comenzó a insistir en vernos en lugares públicos y era yo quien me rehusaba. Me atemorizaba que su mujer apareciera en en lugar y formara un escándalo. En el fondo, creo que sufría un remordimiento de conciencia que hacía negarme. Sin embargo lo hicimos, salimos a comer juntos en varias oportunidades. Era una relación en toda regla: yo estaba saliendo con un hombre casado.
La aparición de la esposa
Mi segundo nombre es de origen francés nada común y puede ser confundido con nombre de mujer. Es el nombre que le di a Jairo en el chat y es el nombre con el que me llamaba. Curiosamente, Jairo le habló de mí a su mujer y le había dicho que yo era un compañero de trabajo del hospital.
Recuerdo que una vez iba a mi casa e iba subido en un autobús y recibí una llamada de una mujer que se identificó como la esposa de Jairo. Ella quería conocerme. Jairo le había hablado mucho de mí, según ella. Comencé a temblar. Por su forma de abordarme, ella sospechaba que su marido le era infiel y quería asegurarse de que yo fuera un hombre (y no una mujer). Ella jamás se imaginaba que su esposo le estaba siendo infiel con un hombre en lugar de una mujer. Y ese hombre era yo.
Recuerdo que inventé una excusa para negarme a encontrarme con ella y debo decir que luego de recibir esa llamada algo cambió en mí. Comencé a sentir mucho más remordimiento. Lo peor de todo es que le comenté a Jairo de la llamada de la esposa y no me creyó. Él decía que su esposa jamás se atrevería de espiar su teléfono, copiar mi número y llamarme. La situación era totalmente surrealista. Creo que en el fondo, Jairo pensó que yo quería ponerlo en contra de su esposa, tal y como ocurriría en una novela venezolana, colombiana, mexicana o mayamera.
Sin embargo, Jairo y yo seguíamos viéndonos en su casa. Recuerdo que un domingo por la tarde, mientras dormíamos desnudos la siesta juntos, pasó algo que no tomó desprevenido. Escuché a una mujer que llamaba a Jairo desde la planta baja y supuse que era su esposa. Como pude, me vestí y salí corriendo de ese apartamento. Le envié un mensaje a Jairo desde mi teléfono y corrí hasta llegar a mi casa.
Cuando llegué a mi casa, Jairo me llamó por teléfono preguntándome qué me había pasado. Le expliqué lo que había escuchado y Jairo me confirmó que su esposa estaba en otra ciudad. Que seguramente era otra mujer llamando a otra persona o yo lo había soñado. Pero recuerdo haber escuchado a un a mujer gritar su nombre desde abajo en el edificio. Llegué a la conclusión de que había sido un sueño. O tal vez una pesadilla que tenía nombre: remordimiento.
El desencuentro
Sabía que mi relación con Jairo tenía que terminar y se lo hacía saber a Jairo, mientras que él se negaba. Pero por más que quería dejarle, caía una y otra vez en sus brazos. Siempre he pensado que hay hombres con los que no hay nada de química, hombres con los que hay química y hombres con los que hay mucha química. Jairo era de éstos últimos, por lo que no sabía cómo terminar mi relación con él. Me pregunto qué habría sido de los dos si Jairo hubiese sido un hombre soltero.
Una tarde de domingo, después de unas semanas de aquella pesadilla y estando en su cama desnudos, le pedí a Jairo que me mostrara una foto de su esposa. Jairo accedió en mostrarme varias fotos de ella y al ver su rostro, así como de cuerpo entero, supe que aquella sería la última vez que vería a Jairo. Lo supe inmediatamente porque a partir de ese momento, la esposa de Jairo dejó de ser una sombra para convertirse en una mujer con un rostro, o más aun, una persona de carne y hueso.
Jamás nos volvimos a ver.
Armando123456
¿Quieres compartir con nosotros tus anécdotas, vivencias, experiencias, o cualquier cosa que se te ocurra? Con nosotros puedes hacerlo enviándola a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. Con gusto publicaremos tu boceto, tu idea o tu texto en nuestra sección de Confesiones de Medianoche. Anímate!!!
Recomendamos ver también:
¿Quieres compartir un comentario, observación o duda sobre este artículo o cualquier otro? Escríbenos a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
Mantente informado sobre cada una de nuestras publicaciones agregándonos a tu FACEBOOK y/o a tu TWITTER.