Confesiones de Medianoche: `Mi amigo heterosexual´
23.Ago.2021. Anécdotas. Me llamo José Angel y tengo un amigo Heterosexual. Eso no es nada particular. Todos tenemos amigos heterosexuales. Pero la relación entre mi amigo y yo es muy particular.
No diré su nombre ni me inventaré alguno, pero sí diré que es DJ, y es uno de esos hombres que no tiene problemas en ligar con chicas, de hecho, las novias que ha tenido han sido espectaculares.
No es de extrañar que mi amigo un imán para las chicas. Él se cuida mucho y con horas de gym y dietas ha logrado un cuerpazo que Dios se lo cuide. Y como le va bien, es una de esas personas que le rinde culto al cuerpo: dietas, gimnasios, cremas, bronceados, etc.
Conozco a mi amigo desde hace varios años. Lo conocí por unas compañeras de trabajo. Nos hicimos amigos y hasta se ha quedado en mi casa cuando se ha peleado con alguna de sus noviecitas.
Yo soy un hombre serio, ya entrando en la madurez, profesional, nada afeminado. Pero mi amigo siempre ha sabido que soy gay. Es algo que no suelo ocultar a nadie. De hecho, yo mismo se lo dije hace años ya.
Él sabe que está buenísimo y por eso, en nuestro trato siempre hay un cierto flirteo. De hecho, cuando le escribo whatsapps, siempre lo llamo "papi", "mi rey", etc. y a él no le molestan mis calificativos. De hecho, el me sigue la corriente y me responde de la misma manera. Es un juego que tenemos divertido y sexy. Me encanta.
Una vez mi amigo tenía dolores en la espalda y por supuesto, como buen samaritano que soy, ofrecí darle un masaje luego de comentarle que se dar buenos masajes. Mi amigo accedió sin tener qué esforzarme mucho.
Recuerdo que mi amigo vino a mi casa y le di su masaje en la espalda. No hubo nada en particular pero debió de gustarle mucho, porque a la semana de haberle dado ese masaje, me pidió otro. Y la cuestión se hizo regular.
En el pasado mi amigo solía quedarse en calzoncillos pero luego de varios meses y varios masajes ya materializados, se me ocurrió pedirle que se quitara todo toda la ropa. Mi amigo accedió sin problemas, así que tenía a mi amigo completamente desnudo sobre mi cama, esperando su respectivo masaje. En posición boca arriba se tapaba sus partes con una almohada. El masaje transcurrió sin novedades.
Los masajes continuaron de vez en cuando y ya no tenía que pedirle que se quitara todo. Desde aquella vez, cuando mi amigo venía para que le diera un masaje, luego de hablar o picar algo, pasábamos a la habitación y se quitaba toda la ropa para el respectivo masaje.
¿Que si yo disfruto dándole masajes? Por supuesto que sí. Es un placer masajear su espalda, cuello, pecho, piernas, glúteos, todo. El masaje se había convertido en un ritual para él pero también para mi. Para estas ocasiones, la habitación la adornaba para pasar una velada relajada y placentera para ambos: velas, incienso, aceites, etc.
En una oportunidad, le dije que le daría un masaje especial. Le di los mismos masajes de siempre, yo en ropa interior y mi amigo, como siempre, completamente desnudo, tapando sus partes con la almohada. El masaje especial consistía en el masaje de siempre acompañadode besos. En otras palabras, cuando masajeaba sus hombros, comencé a besar su cuerpo. Mi amigo permaneció como si nada. Como si fuera completamente normal. Dejó que yo continuara sin pronunciar una sola palabra.
También usé mi cuerpo como instrumento para darle el masaje mientras mi amigo estuvo de espaldas. Y mientras estuvo boca arriba, mi amigo continuó tapándose sus partes con su almohada. Lo besé todo, con excepción en la zona tapada por aquella impertinente almohada. No me atreví a quitársela. No quise arruinar el momento.
La situación no pasó más allá de esos besos. Pero sin duda estábamos en otro nivel porque el ritual de masajes cambió y se reprodujo de esa misma forma en los masajes que continuaron. La frecuencia aumentó también. Ya nos veíamos al menos una vez al mes por repetir aquél ritual. Repito: nunca ha pasado algo más allá de los singulares masajes y los besos. Nunca he sido capaz de quitarle aquella impertinente almohada.
Hace tiempo que no se de mi amigo. Debe estar dedicado 100% a una de sus noviecitas. Pero extraño esas sesiones en que le daba masajes a mi amigo Heterosexual. Quizás si un día se vuelve a repetir, me anime a quitarle la almohada... o se la quita él por iniciativa propia... y veremos qué pasa...
José Angel
(Su amigo no heterosexual)
¿Quieres compartir con nosotros tus anécdotas, vivencias, experiencias, o cualquier cosa que se te ocurra? Con nosotros puedes hacerlo enviándola a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. Con gusto publicaremos tu boceto, tu idea o tu texto en nuestra sección de Confesiones de Medianoche. Anímate!!!
Recomendamos ver también:
¿Quieres compartir un comentario, observación o duda sobre este artículo o cualquier otro? Escríbenos a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
Mantente informado sobre cada una de nuestras publicaciones agregándonos a tu FACEBOOK y/o a tu TWITTER.