hombre atractivo adicto al sexoConfesiones de Medianoche: `El adicto al sexo´

 

17.Ago.2015.Anécdotas. Me llamo Mariano. Les escribo para contar una anécdota que me sucedió recientemente.

 

No me gusta hablar mucho de mi, pero he visto que otros que han escrito en esta sección se describen un poco, así que haré lo mismo.

 

Tengo 33 años, profesional vivo solo pero no soy de la movida de ambiente. No voy a bares ni discos gays. No es mi nota. Creo que no es lo mio. Tampoco pertenezco a grupos de amigos gays. Así que me cuesta conocer a otros.

 

Antes recurría a las salas de chat. Luego descubrí el Manhunt. Pero la tecnología avanzó. El tener aplicaciones en el teléfono como Grindr cambió la forma de relacionarme. Me imagino que las salas de chat se encuentran desiertas. Hace años que no entro en mi perfil de Manhunt.

 

Hoy día, la única forma de conocer a otros hombres es a través del Grindr. Estoy siendo un poco formal. Realmente lo que quise decir es la única forma de tener sexo es a través de los contactos del Grindr. De allí no he sacado nada para algo serio. De alguna forma pienso que la aplicación nos cambió la psiquis. De alguna forma nos lavó el cerebro para hacernos pensar que hay cientos, quizás miles de hombres, algunos más lejos, otros más cerca, todos con algo en común: están buscando lo mismo... sexo...

 

Mi rutina es casi siempre la misma. A partir del jueves enciendo la aplicación y "veo qué ofrece el mercado". En ocasiones, la enciendo todos los días. Pero intento nunca hacerlo cuando estoy en mi trabajo.

 

jordan fox a punto de desnudarseEs una aplicación adictiva, puedes pasarte horas y horas viendo perfiles en tu teléfono, lo que hace que a veces puedas concertar una "cita", que realmente no es una cita, es más un "encuentro". Aunque no siempre es así, porque todos estamos esperando un "10", podemos estar en medio de una conversación con un "8", pero justamente nos escribe un "9". Abandonamos el "8" por el "9", pero resulta que para el "9" podríamos resultar un "7". Así nos quedamos sin el "8" y sin el "10". Es decir, nos quedamos sin sexo.

 

Con el tiempo, siempre que aparece alguien por encima de "7", hago todo lo posible por un encuentro inmediato. Mi experiencia me dice que de no haberlo rápido, realmente nunca lo habrá.

 

A estas alturas, alguien que se haya dignado a leer esta historia pensará que yo soy el adicto al sexo. No que va!!! O por lo menos no creo serlo.

 

Quizás seré promiscuo, dado que en promedio, tengo sexo en promedio una vez por semana. Con suerte dos. Eso significa que al año he tenido sexo con... no... no quiero sacar la cuenta...

 

Pero a lo que voy... gracias a esa estupenda o endemoniada aplicación hay gente que tiene mucho más sexo. No se cuándo se traspasa esa invisible línea amarilla que divide la normalidad de la adicción. Pero creo que una vez me topé con un "adicto al sexo".

 

Iba manejando hacia mi casa luego de hacer la compra en el supermercado. Un chico de unos treinta y pocos, bajito, blanco, pasivo y con un cuerpo de gym. Apenas vi su foto, algo se despertó más abajo de mi cintura. Allí comenzó la típica conversación, de "hola", "qué tal", "qué buscas?", "activo o pasivo?", "tienes sitio?", "fotos?", etc.

  

Tengo varios mandamientos a seguir que hasta ahora me funcionan:

 

  • 1) Nunca citarme con hombres que dicen "sólo tengo una foto en este teléfono".

 

  • 2) Nunca citarme con hombres que non tiene fotos sin camisa, ni fotos de rostro.

 

  • 3) Nunca citarme con hombres que escriben con errores ortográficos al escribir.

 

  • 4) Nunca citarme con hombres que tienen fotos borrosas o que se ven muy antiguas.

 

  • 5) Descartar rápidamente a los hombres que no tienen intenciones de un encuentro (curiosos que sólo quieren ver fotos mías y de otros).

 

  • 6) Escapar de los hombres que lucen desesperados (quien muestra el hambre no come).

 

roman khorovovAhora que recuerdo, ese sábado andaba un poco ansioso. El día anterior pasé casi toda la noche intentando llevarme a la cama a un "pendejo" que estaba buenísimo pero que se hacía de rogar tanto que me cansé y me fui a dormir (violé mi quinto mandamiento). Así que creo que ese sábado andaba un poco ansioso y quizás descuidé el sexto mandamiento, quizás me dio las señas de estar desesperado y no me di cuenta.

 

Conversamos, me dio su dirección y quedé en ir a su casa por la tarde.

 

A la hora pautada salí de mi casa y fácilmente llegué a su edificio, me abrió al tocar el intercomunicador y subí sin problemas. Cuando me abrió la puerta pude constatar que era tal cual como en la foto. Quizás un poco más bajo de estatura de lo que realmente decía que era.

 

El condenado me abrió la puerta vistiendo únicamente una toalla blanca. El ver su torso de gym, y lo que se marcaba en esa toalla hizo hervir mis hormonas.

 

Me dijo pasa y entré a un pequeño apartamento tipo estudio. El cerró la puerta y lo seguí hacia el resto de la casa. Al ver su espalda y glúteos pensé que lo pasaría muy bien.

 

Al saludarlo le dije que era la primera vez que me recibían en toalla. A lo que me respondió:

 

 

"Estoy desnudo para no perder tiempo... ¿Te gusta lo que ves?"

 

chico hotMis hormonas saltaron de alegría. Le había gustado. Iba a tener sexo. Inmediatamente me quité la camisa y di un paso hacia adelante para acercarme a el.

 

Hacía calor. Se sentía como vapor dentro de la casa. Lo que hizo que diera un vistazo a su apartamento tipo estudio (la cocina estaba frente a su casa). Lo que vi hizo que se encendieran algunas alarmas.

 

Vi una laptop encendida sobre una silla y frente a la cama. Rápidamente identifiqué que se veía una página web porno en la que se veían varios recuadros pequeños de escenas porno para escoger. Del otro extremo vi revistas porno.

 

Mis hormonas hicieron dar otro paso para aproximarme a él. Cuando estaba a punto de quitarme el short que llevaba le dije: 

 

"veo que tienes el ambiente preparado para tener sexo".

 

A lo que me respondió:

"Si, es que tuve sexo esta mañana".

 

"Esta mañana???", le dije.

"Si... esta mañana. Un tipo activo que estaba muy bueno", me respondió.

 

Algo andaba mal. Eran las dos de la tarde y habíamos conversado a las 11.00 am. Hay un séptimo mandamiento, que aunque no está escrito, se que está allí: "Hacer caso a mi sexto sentido". Mi sexto sentido me decía que algo no estaba bien. Fue entonces cuando vi varios envoltorios de preservativos abiertos junto a la cama. Diría que unos cuatro o cinco. No se cuántos. Mi sexto sentido me decía que me fuera de allí.

 

Como para hacer conversación, le dije:

 

"O sea que ya has tenido sexo hoy..."

 

hombre pensativoNo se si para presumir (o terminarme de asustar) me dijo:

 

"Si... y varias veces... y ahora quiero saber si voy a tener sexo contigo...".

 

Mi sexto sentido acorraló a mis hormonas. De pronto ellas se escondieron. Y con ellas, mi morbo.

Sin saberlo, me puse de nuevo mi camisa y le dije:

 

"Si no te importa, creo que me gustaría irme".

"Eres libre de hacer lo que quieras", me respondió.

 

No me podía creer lo que estaba diciendo. El tipo estaba bueno, casi desnudo... es decir... una toalla era lo único que lo separaba a el de mi...

 

Al pensar eso, mis hormonas pensaron que el dejaría caer "accidentalmente" la toalla. No se qué habría pasado si el lo hubiera hecho. Lo cierto es que me di media vuelta y salí de allí.

 

Cuando me monté en mi carro sentí algo de alivio. Algo me decía que había hecho bien. Es probable que este tipo de cosas le pasen a otros y no tengan problema alguno. Pero para mi resultó ser una historia peculiar y por eso la quise compartir. Estoy seguro de que el tiene un problema con el sexo. Es un"adicto al sexo".

 

Pero luego olvidé el asunto hasta hoy que me animé a escribir. Cada vez que una oportunidad de sexo deja de suceder tiendo a pensar que no tenía que pasar. Quizás de algo me salvé, suelo pensar. Quizás.

 

Mariano

 


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