hombre exitosoConfesiones de Medianoche: `Lo siento, pero quiero un novio que NO sea chavista´

 

31.Jul.2024. Anécdotas. Es común encontrar los gustos (o disgustos) personales en los perfiles para conocer a otros hombres, se trate de www.grindr.com www.scruff.comwww.manhunt.comwww.gaydar.ukwww.dudesnude.comwww.gay.com, etc.Se pueden ver preferencias que van desde peso, edad, estatura, color de piel y hasta afiliación política.

 

Debo confesar que hasta hace poco me desagradaban esos perfiles discriminatorios: “Que no sea negro"; "Que no sea bajito"; "Que no sea viejo"; "Que no sea gordo", etc. Me parecía una ridiculez.

 

torso de hombre chavistaAunque se que entre gustos y colores no existen los autores, hay gente maravillosa con cualidades que podrían robarnos el corazón y que vale la pena conocer, a pesar de que tengan una apariencia física diferente a la que esperamos. Recuerdo que cuando vi por primera vez en un perfil que decía que quería conocer a alguien “que no fuera chavista”, me pareció mucho más estúpido. Cómo cambian las cosas.

 

En el 2012 conocí a Carlos Aguerrevere. Lo conocí en el Aeropuerto de Maiquetía, en Venezuela, mientras esperaba para viajar a la ciudad de Barquisimeto (Edo. Lara), por trabajo. Carlos tenía horas esperando. Su vuelo estaba muy retrasado y su destino era la ciudad de Maracaibo (Edo. Zulia). Recuerdo que Carlos estaba de muy mal humor ya que al día siguiente, bien temprano, comenzaba una convención médica, motivo de su viaje. Ya pasaban las 07 de la noche.

 

Los asientos próximos a la puerta hacia Barquisimeto estaban llenos, a diferencia de los de Maracaibo. Así que decidí esperar allí con ese otro grupo y a dos asientos de Carlos.

 

torso de hombre Al poco tiempo noté lo atractivo que era "mi doctor". Un tipo de tez morena, de 30 años de edad, musculoso, serio, varonil, de 1.80 m de estatura, cabello corto, atractivo. Lo miré de arriba hacia abajo sin que notara mi mirada. Hasta lo imaginé desnudo (cosa que siempre hago con los que me gustan). Pero mi “gaydómetro” nunca sospechó de Carlos.

 

En un momento, en la espera, Carlos, ya obstinado por la larga espera, tiró su periódico al suelo. Luego pidió disculpas a los presentes a su alrededor. Era mi momento de iniciar una conversación.   

 

  • -“¿Cuánto tiempo tienes esperando por tu vuelo?”.
  • - "Seis horas". Me contestó.

 

Seguimos conversando y hablamos de todo. Mi “gaydómetro” comenzó a reaccionar cuando me di cuenta que hablábamos como si fuéramos grandes amigos y nos hacíamos preguntas personales. Comencé a “tirarle puntas” (indirectas) para ver su reacción. No había duda. Carlos era tan gay como yo. Tipo machito. De los que me gustan.

 

torso hombre Compartimos nuestros números de teléfono y mantuvimos contacto por varias semanas. Lo bueno, es que ninguno de los dos vivía en las ciudades a las que íbamos. El vive en la Isla de Margarita (Edo. Nueva Esparta, Venezuela). Yo en Puerto La Cruz (Edo. Anzoátegui). No vivíamos muy lejos el uno del otro, así que era fácil compartir algunos fines de semana juntos, cosa que hicimos semanas después.

 

En poco tiempo invité a Carlos a quedarse a pasar en mi casa un fin de semana. Luego fueron dos, luego tres y finalmente perdí la cuenta. Eramos afines. En el sexo éramos el uno para el otro. Jamás olvidaré las diferentes posiciones y acrobacias que realizamos juntos. Carlos se cansó de hacer conmigo lo que le daba la gana, levantándome como si yo no pesara nada. Extrañé mucho sus tremendos brazos, pecho y piernas. Extrañé también su musculoso cuerpo.

 

Incluso podíamos hablar de política. Ambos éramos de oposición ya que no nos sentíamos representados por las políticas de Hugo Chávez Frías, quien en ese momento era Presidente de Venezuela, y no se cansaba de insultar a la gente que no estaba de acuerdo con él o que piensa diferente.

 

En aquél entonces, Carlos tenía poco tiempo trabajando en una institución médica del gobierno venezolano y poco a poco vi la transformación. De pronto ya no iba a votar en las primarias. Porque “si votaba, sus compañeros de trabajo sabrían que su opción política no era la del partido de gobierno”. “Pero mi voto en las presidenciales será para Capriles". "Allí me vengaré de Chávez y de la discriminación política que existe hacia los empleados públicos”, me dijo.

 

torso hombreLuego llegaron las elecciones presidenciales. Mi asombro no fue normal cuando Carlos me dijo por teléfono que no había ido a votar. No votó porque sentía que si votaba por Capriles lo echarían de su trabajo. Me sorprendió su reacción, sabiendo que lo habían obligado a marchar en reiteradas ocasiones. Allí tuvimos nuestra primera discusión. No podía creer que Carlos había dejado de votar luego de tantos malestares.

 

Días después nos contentamos y quedé de acuerdo en visitarlo el siguiente fin de semana. Cuando llegué a su casa supuse que el viaje no resultaría como yo lo esperaba. El vive en un confortable apartamento en una buena zona pero el desastre y el mal estado en el que se encontraba llamó plenamente mi atención. Estaba totalmente descuidado: la cocina, el baño, los muebles de la sala. Se podía intuir que se había dejado el apartamento al abandono.

 

La cosa empeoró cuando lo acompañé a su trabajo y escuché un comentario de algunas de sus “amigas” que sin querer hablaban de cómo odiaban a Carlos en la institución  porque había llegado a tener un alto cargo por “ser del proceso” y no por contar con los méritos para ello.

 

hombre tristre sin camisaAl día siguiente, luego del correspondiente sexo mañanero, decidí limpiar un poco la cocina y preparar algo de desayuno. Entré en shock cuando conversando sobre su trabajo mientras comíamos, me comentó que en su oficina había puesto una foto de Chávez. Me dijo que la había puesto unos meses atrás cuando algunos compañeros lo habían acusado de ser opositor. Carlos sentía que su trabajo estaba amenazado y que para que sus colaboradores lo respetaran necesitaba colocar una foto de Chávez en su oficina.

 

Me descompuse. Me dieron ganas de devolver el desayuno cuando discutíamos acaloradamente, especialmente cuando me decía, casi gritándome: “Con Chávez estamos mejor”.

 

Me quedé frío.

 

torso hombreNo podía entender cómo alguien que hace unos meses enumeraba los principales problemas de los venezolanos podía decir eso. No podía creer que alguien que era opositor, y que por serlo, era continuamente vejado por el presidente, podía elevar su voz para proferir aquellas palabras. No podía procesar cómo alguien que había sufrido discriminación/persecución política podía expresar semejante cosa...

 

...Luego entendí, Con Chávez los venezolanos NO estábamos mejor”. “Con Chávez CARLOS ESTABA MEJOR. Entendí que el cargo, los viajes, un mejor sueldo y hasta su apartamento lo había logrado alquilar vendiendo su conciencia. El estaba mejor con Chávez, pero no necesariamente todos los venezolanos (y mucho menos los opositores, es decir, casi la mitad del país en aquél entonces).

 

Recuerdo que me di media vuelta. Comencé a empacar mis cosas y me fui de aquel apartamento. En ese momento, con tristeza y dolor pensaba en cuántos empleados públicos dejaron de votar como Carlos. Cuántos venezolanos estarán “simulando” o “vendiendo sus conciencias” para conseguir sus propios beneficios y sacarle provecho a “la revolución” o “socialismo del siglo XXI”.

 

hombre llorandoMi mejor amigo me dice que cambiaré de opinión cuando un atractivo chavista o empleado del gobierno con mucho dinero me invite a un largo viaje por Europa. Han pasado doce años desde aquello y no he cambiado de opinión. Yo estoy claro. Y ahora tengo mucha ira acumulada, cuando el pasado 28 de Julio, la mayoría de los venezolanos votamos por una opción diferente, Edmundo González, quien tiene la confianza de Maria Corina Machado. Y por primera vez desde el nuevo sistema de voto, el Consejo Nacional Electoral (CNE) no publica oficialmente los resultados por mesa y aun así se atreve a proclamar a Nicolás Maduro como ganador. Fraude en toda regla.

 

Me pregunto qué pensará Carlos ante esto. No. Rectifico. No me interesa lo que Carlos piense. Y es que un día como hoy me ratifico y en mis perfiles para conocer a otros hombres sigue el mismo escrito. Perdón, tampoco. Hoy he agregado una cosa más (la primera parte):

 

Quiero un cambio para Venezuela... y un novio que no sea chavista”.

 

Fernando Nieves


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