Confesiones de Medianoche: `Aprendiendo a descartar chicos gays que son lobos vestidos de ovejas´
09.Oct.2022. Anécdotas. Me llamo Manuel. Soy un chico moreno de buena estatura, tipo normal, pero tengo lo mío, y pues les quiero contar mi historia de cómo uno puede ilusionarse y enamorarse de la persona menos indicada.
Un domingo, aburrido en casa, ingresé a una aplicación para conocer a otros chicos a ver que conseguía. Sólo para pasar el rato y conversar con alguien. Al rato me contactó un chico que al principio me pareció una gota de agua más de la laguna, pero a medida que chateaba con el se me hacia todo lo contrario.
Concretamos conocernos en persona en ese mismo momento, la idea era vernos en un centro comercial cercano a la casa de ambos. Sufrí el inevitable susto de “cómo será él”, aunado de la inseguridad de la zona en la que vivo. Sin embargo, me arriesgué, y cuando lo conocí pensé en haber encontrado lo mejor del mundo, podría decirse que el “Hombre perfecto” y no por el físico (aunque influye un poco).
Su nombre era Rodrigo (no coloco el nombre real por discreción), un hombre moreno, ojos negros y mirada súper profunda y misteriosa, la cual te intriga y hace querer explorar mas allá, aparte de unos labios gruesos y carnosos de color rosado. Conversamos un buen rato y el tiempo paso volando. Rápidamente se hizo de noche y cada quien se fue a su casa.
Después de ese encuentro nos mantuvimos en contacto, salimos por dos meses. Al tiempo de eso me invitó a quedarme en su casa. Yo haciéndome como "el que no quiere la cosa" le dije que sí, sin mostrar emoción, cuando realmente me moría por estar junto a él. Si por mi fuera, estaría con él todo ese fin de semana.
Entre besos y caricias pasamos la noche. Al día siguiente conversamos y sostenemos más o menos esta conversación:
- Rodrigo: “Príncipe, ¿qué somos tu y yo?”.
- Yo: “Por mi puede ser una noche y ya, aunque tu en mi mente eres algo mas significativo”.
- Rodrigo: “Tu para mi también lo eres y has cambiado mi mundo, quiero que seas mi pareja”.
- Yo: "Ok, estoy de acuerdo. Yo también quiero".
Nos veíamos únicamente los fines de semana por cuestiones laborales. Lo bueno es que Rodrigo vivía solo, así que era siempre yo quien iba a su casa. Yo soy muy detallista, se que un detalle sincero y de corazón llena mas que cualquier otra cosa en la vida. Así que cada vez que iba a su casa le llevaba un helado o un chocolate y sabía lo mucho que le gustaban los dulces de una pastelería cerca de mi casa, los cuales le llevaba. A medida que pasaba el tiempo fui conociendo a sus amigos y pues todo funcionaba bien.
Cuando cumplimos varios “meses de novios” quise prepararle algo súper especial. Preparé una cena en mi casa, encendí unas velas y coloqué muchas luces de navidad en el techo para simular las estrellas. Compré rosas rojas y azules y adorné todo el cuarto. Nos esperaba un vino espumante para celebrar la ocasión. Pero me quedé esperándolo. Rodrigo nunca apareció. No hubo motivos, no hubo razón. Esa fue la primera vez que alguien me hizo "Ghosting".
Al cabo de unos días Rodrigo apareció y quise saber alguna explicación. Sus excusas eran tan increíbles como para publicarlas en un libro de ciencia ficción. De allí en adelante las cosas fueron empeorando. Se notaba la distancia. De pronto, ya casi no nos veíamos y cuando hacíamos el amor, sentía que me besaba por compromiso y no por gusto.
En esos días tuve una conversación con su mejor amiga, Eliana, quien me llamó al teléfono y fue ella quien me comenzó la conversación.
- Eliana: "Manuel, eres demasiado para mi amigo. Rodrigo no merece alguien tan especial y único como tu".
- Yo: "¿Por qué me dices eso?"
- Eliana: “Rodrigo no es de fiar. Te ha sido infiel infinidades de veces, tu no mereces ese trato”.
Escuché todo lo que Eliana tenía que decirme y después de meditar en sus palabras e investigar mas a fondo, empecé a atar cabos. Descubrí que el "Santo Cachón" (aquél tema de la canción) se quedó chiquito comparado conmigo. No me quedó más remedio que tomar la decisión de terminar esa relación pero fue muy doloroso. Habían sido seis meses saliendo juntos. Mi corazón le pertenecía. Quedé destrozado por mucho tiempo.
Fue doloroso enterarme por boca del propio Rodrigo que me había sido infiel porque alguien anterior a mi había sido infiel con él. Que ese desagradable episodio le había producido tanto rencor que tenía que descargarlo con alguien. Él quería experimentar ser el que engaña a alguien. Yo fui ese alguien. Rodrigo descargó su rencor conmigo...
Decido contarles esto por que siento que existe un aprendizaje: es necesario conocer bien a las personas antes de compenetrarse con ellas. Hay muchos hombres que sólo buscan diversión, sin importar los sentimientos de otras personas. Es necesario aprender que no todo lo que brilla es precisamente oro. Yo lo aprendí de la forma más dura y dolorosa. Entendí que la vida te enseña de las formas menos didácticas.
A pesar de todo no le guardo rencor a Rodrigo. El carácter de los grandes hombres no está en la cantidad de dinero de la cuenta bancaria o sus atributos físicos. El carácter de los grandes hombres está en mantenerse firme ante las adversidades que se presentan en la vida y convertirlas en algo favorable con humildad y sencillez.
Manuel Caballero
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