Confesiones de Medianoche: `He descubierto que mi novio tiene sexo con otros hombres por dinero´
15.Abr.2023. Anécdotas. Nos conocimos por una aplicación para conocer a otros hombres y me gustó desde el primer momento en que lo vi. Lo llamaré Adalberto, nombre que no es el verdadero pero que usaré para protegerlo.
Adalberto no sólo tenía un cuerpazo espectacular. También tenía muy buena conversa. Nunca antes había salido con alguien tan atractivo e interesante.
Cuando Adalberto y yo nos conocimos, inmediatamente hubo click. Nos vimos y al cabo de algunos días repetimos la cita hasta el punto de que comenzamos a vernos al menos una vez por la semana. Había mucha química en la cama.
Luego comenzamos a vernos más a menudo. Salíamos a diferentes sitios y compartíamos mucho tiempo juntos. Él me había dicho que se dedicaba al área de hotelería y turismo, pero nunca le pedí un número de su oficina ni le hice una visita a su trabajo. No tenía razones para desconfiar.
Todo parecía andar bien hasta que me di cuenta que cada cierto tiempo, Adalberto recibía llamadas extrañas. O que con el tiempo, cada vez eran más extrañas
Un día, recién cumplidos los nueve meses saliendo juntos, Adalberto se había quedado sin saldo en su teléfono y me pidió mi teléfono móvil prestado. Él hizo una llamada pero el número se quedó registrado y allí hubo un punto de inflexión.
No se cómo se me ocurrió (supongo que fue el "cuaimo" o ese don de pensar siempre en lo malo que todos llevamos por dentro ), pero se me ocurrió que mi pareja me estaba siendo infiel y cuando llegué a mi casa, escribí un mensaje al número que había llamado Adalberto. Después de mucho pensar (no sabía qué escribir), asumí que se trataba de una cita y le escribí:
"Hola, es Adalberto, disculpa, pero no puedo ir a la cita. Será otro día"
Debo confesar que esperaba cualquier respuesta que confirmara una cita con otro, que al fin al cabo iba a ser una infidelidad. Sin embargo, el mensaje que recibí de respuesta me perturbó mucho más:
"¿Cómo que no puedes venir? ¡Hemos probado con otros chicos pero tú eres el que nos gusta!"
Quedé ofuscado. No entendía qué podía significar aquello. Por mi mente pasaban miles de interrogantes: ¿Cómo es eso de que mi novio "es el que les gusta"?
Era como resolver un rompecabezas. Luego de unos minutos tenía varias hipótesis y la que tenía más fuerza era que Adalberto ofrecía servicios como masajista. Inmediatamente me pregunté si se trataría para mujeres o para hombres (estúpida pregunta, claro). Pero era la pregunta que más se paseaba por mi cabeza.
Al pensar en Adalberto dando un masaje a otro hombre recordé que hay masajistas que "ofrecen un final feliz". No tardé mucho en plantearme si Adalberto era uno de esos masajistas. Gracias a esas películas de adultos, me imaginé a Adalberto ofreciendo mucho más que un final feliz, cosa que descarté de inmediato porque "no podía ser posible"... Pero resultó que estaba muy cerca de la realidad...
Mientras pensaba, me interrumpió mi teléfono móvil que comenzaba a sonar. La llamada provenía del misterioso número. No me atreví a contestar, de hecho, apagué el teléfono.
En los siguientes días, Adalberto estuvo muy cariñoso. Mucho más que de costumbre. Supongo que las personas que llamaron a mi teléfono, al saber que no contesté, llamaron al de él, confirmando el mensaje falso que yo había enviado en nombre de Adalberto.
A la semana, mientras estábamos juntos comiendo, su teléfono sonó y Adalberto hizo todo lo posible por cortar la llamada de inmediato. Era mi oportunidad de retomar el tema y al colgar le pregunté sobre la llamada. Cuando le pedí explicaciones, Adalberto comenzó a tartamudear y a ponerse nervioso, me comenzó a dar evasivas y cuando insistí, guardó un silencio sepulcral.
Al no responderme, le comenté sobre los mensajes de la semana anterior. Adalberto me respondió (sin mirarme a los ojos):
"En ningún otro trabajo hago tanto dinero como el que obtengo en lo que me dedico... no trabajo en turismo... ofrezco servicios sexuales"
Sus ojos estaban vidriosos, como a punto de llorar. Los míos también. Me sentí engañado y burlado. No conocía bien a quien estaba frente a mí... y no habían pasado nueve días, habían pasado nueve meses.
Me sentí mareado intentando procesar lo que acababa de escuchar. Mi mente comenzó a repasar cada uno de nuestros encuentros y me preguntaba si él venía de "haber hecho un trabajito". Hasta me preocupé por mi salud. Quería estar seguro de no haber hecho nada que pudiera haberme expuesto. Me había mentido todo el tiempo y hasta sentí miedo de que me hubiese expuesto a alguna enfermedad de transmisión sexual.
No se dijo más nada en la mesa. Ambos guardamos silencio que se hizo eterno. Sin mirarnos a la cara nos despedimos y cada quien se fue a su casa por su lado. Aunque de acuerdo con el título de esta historia parece que aún él es mi novio, debo decir que ya no lo es. Terminamos esa noche. A pesar de que lo quería mucho (oh Dios, si lo quería mucho). Pero lo siento, por mucho más que me gustara, yo no podía seguir saliendo con alguien que que me había mentido todo este tiempo y que trabaja compartiendo su cuerpo con otros por dinero.
Creo que éramos incompatibles, después de todo.
Decepcionado
¿Quieres compartir con nosotros tus anécdotas, vivencias, experiencias, o cualquier cosa que se te ocurra? Con nosotros puedes hacerlo enviándola a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. Con gusto publicaremos tu boceto, tu idea o tu texto en nuestra sección de Confesiones de Medianoche. Anímate!!!
Recomendamos ver también:
¿Quieres compartir un comentario, observación o duda sobre este artículo o cualquier otro? Escríbenos a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
Mantente informado sobre cada una de nuestras publicaciones agregándonos a tu FACEBOOK y/o a tu TWITTER.