Confesiones de Medianoche: `Sexo por un teléfono Smartphone´
12.Jun.2020. Anécdotas. No se si publicarán esta historia en su página. Pero me animé a enviarla luego de leer algunas otras anécdotas de la sección de confesiones de medianoche.
Soy el dueño de una tienda de ropa de un reconocido centro comercial. Hace unos meses renunció mi gerente y debido a lo difícil que es conseguir a alguien de confianza, tuve que encargarme de la tienda por unos meses.
En una de las tiendas del mismo nivel trabajaba un joven de 22 años, Jean Carlos, un vendedor muy atractivo y de buena conversa.
Por respeto a mi lugar trabajo, nunca he salido ni he tenido nada con empleados o compañeros de trabajo. Mantengo la misma filosofía desde que tengo mi propia tienda ya que es la que me da de comer. De alguna forma, creo que la gente que está en otros locales del centro comercial son como "compañeros de trabajo". Sin embargo, debo admitir que con Jean Carlos perdí el control.
Jean Carlos pasaba todos los días a saludarme y hablar de cualquier cosa por casi tres meses. De vez en cuando flirtéabamos pero no pasaba de allí. Aunque confieso que se me alegraba el día cuando pasaba a saludar.
Por alguna razón que ya no recuerdo, un día tocamos el tema de la prostitución. Jean Carlos me contaba que había ido a una conferencia donde un notable psicólogo había dicho que las prostitutas-trans que trabajan en la calle no tienen elección. Que por su condición, sólo tenían la opción de trabajar como "peluqueras"... ¿y si no querían ser peluqueras?
Recuerdo que mi respuesta, un poco desconsiderada y poco sensible, fue:
"¿Ahhh no quieren ser peluqueras pero si quieren ser prostitutas?"
A veces tenemos pocas opciones, pero soy de los que creen que siempre hay alternativas. Jean Carlos no sólo no estuvo en desacuerdo conmigo. Me decía que el sexo era algo transaccional. Me explicaba lo que los hombres heterosexuales tienen que dar a una chica para luego tener sexo con ellas: una cena, una invitación al cine, un viaje.
Jean Carlos me explicaba que en lugar de invertir todo ese dinero, podríamos ser más directos. En lugar de invertir todo ese dinero, por qué no tener sexo y que te den el dinero que iban a gastar en la salida. Y en su momento de franqueza, me hizo un comentario que me descolocó por completo. Me dijo:
"Yo no se, pero yo tendría sexo contigo por un teléfono smartphone..."
Debo decir que me quedé frío por unos segundos. Recordé inmediatamente la película "Una propuesta indecente", donde un multimillonario, personaje interpretado por Robert Redford, le ofrece un millón de dólares a una pareja heterosexual. ¿La condición? que la mujer del matrimonio, personaje interpretado por Demi Moore, le concediera una noche al empresario.
Sentí algunas similitudes pero una gran cantidad de diferencias: en esta historia no hay una pareja, no hay una chica y mucho menos un millón de dólares. En su lugar, sólo hay un teléfono smartphone.
Luego de ese comentario Jean Carlos cambió la conversación. Supongo que vio mi rostro un poco desencajado y quiso ahorrarme un mal momento. Luego de ese día, Jean Carlos no pasó por la tienda por un par de días. A veces me descubría ansioso para ver si lo veía pasar.
Luego de casi dos semanas, volvió a pasar por mi tienda a saludarme. Me descubrí emocionado y torpe al mismo tiempo, especialmente porque una vez que le saludé, lo primero que le dije fue:
"¿Cuando te doy tu teléfono Smartphone?"
Jean Carlos se sorprendió pero rápidamente me siguió la corriente y dibujando una sonrisa pícara en su rostro me contestó:
"Cuando tu quieras..."
Al día siguiente volvió a pasar. Su mirada se clavaba en mis ojos pero en paralelo, me detallaba completo, desde la cabeza a los pies. Jean Carlos me estaba provocando y yo seguía su juego porque le pregunté:
"¿Cualquier modelo?"
Jean Carlos contestó rápidamente, sin vacilaciones:
"¿Qué? No seas miserable... Yo quiero un teléfono smartphone que sea bueno... si quieres saborear este cuerpecito"
Sus palabras estuvieron en mi mente por varios días y casi desisto de la idea... pero más temprano que tarde y casi en una especie de trance hipnótico, terminé comprando el teléfono en uno de las tiendas del Centro Comercial. Cuando me vi en la tienda con el teléfono me arrepentí un poco pero luego me convencí a mi mismo. Si descubría que todo era un morboso juego de Jean Carlos o si éste se arrepentía y no pasaba nada, yo no tendría nada qué perder, es más todo lo contrario, tendría un teléfono nuevo.
Llevé el teléfono a mi tienda y esperé a que pasara Jean Carlos a saludar o en otras palabras: esperar pacientemente a mi presa.
Jean Carlos pasó por la tienda dos días después de mi compra. Cuando ya se iba, saqué el teléfono y lo coloqué en el mostrador. Al principio estuve muy nervioso, pero poco a poco me calmé y Jean Carlos me miraba sorprendido, posando su mirada de manera alternada en mí y en la caja del teléfono nuevo.
En sus ojos y en los míos había deseo y dado que no había nadie en la tienda, sólo tuve que cerrar con un cartel de "Vuelvo en una hora", cuando la verdad era que Jean Carlos y yo estábamos en la parte de atrás de mi tienda.
Como se imaginarán, Jean Carlos salió del Centro Comercial con un teléfono nuevo.
No se si fueron cosas del destino, pero esa fue la última vez que vi a Jean Carlos. Por compañeros de él, supe posteriormente que había renunciado y se había ido fuera de la ciudad. El número de teléfono que me había dicho tener sonaba desconectado al llamar y nunca le llegaron los mensajes whatsapps que le envié luego de aquél día.
Llevo tres días escribiendo esta historia y aun no se por qué me animé en escribirla... Quizás porque cuando pienso en todo el asunto me siento como esos cuarentones/cincuentones que buscan jovencitos y terminan pervirtiéndolos, enseñándoles un mundo de promiscuidad, drogas y alcohol... aunque tal vez haya sido Jean Carlos quien me pervirtió a mí...
...Quizás porque esta historia me hace pensar que así como en el pasado, las personas se inclinaban por la música, la literatura y las artes, las nuevas generaciones se están inclinando peligrosamente al dinero, creyendo que el acumular cosas materiales lo es todo...
...Quizás porque me siento culpable... si bien Jean Carlos puso precio a su cuerpo, yo también lo hice, lo cual es un error, el dinero (y mucho menos un teléfono) no está por encima de la dignidad humana...
...Quizás es hora de poner fin a mi soltería y buscar pareja...
Carlos III
¿Quieres compartir con nosotros tus anécdotas, vivencias, experiencias, o cualquier cosa que se te ocurra? Con nosotros puedes hacerlo enviándola a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. Con gusto publicaremos tu boceto, tu idea o tu texto en nuestra sección Confesiones de Medianoche. Anímate!!
Recomendamos ver también:
¿Quieres compartir un comentario, observación o duda sobre este artículo o cualquier otro? Escríbenos a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
Mantente informado sobre cada una de nuestras publicaciones agregándonos a tu FACEBOOK y/o a tu TWITTER.