Cómo fue que aprendí a ser gay (y no llegué a morir en el intento)
29.Nov.2020. Opinión. Echamos un vistazo en la web y conseguimos un blog con información que podría ser interesante para ti. Algo así a "Cómo ser gay y no morir en el intento" (http://sobrevivegay.blogspot.com.es/), artículo en donde básicamente todo se reduce a dos pasos:
- "Salir del clóset/armario" y
- "Aprender las tres máximas del mundo gay".
Paso 1: Salir del clóset/armario
Si. Es muy feo. Creo que es lo más difícil de un gay: el reconocer ante tu familia que eres homosexual. Ahh y jurarles que no te vestirás de mujer. Contaré como me sacó mamá del closet. Básicamente llegó, tocó la puerta y me dijo:
"¡Hijo sal de ahi!..."
Mi cumpleaños es el día 8 de enero. Cuando cumplí 19 años yo andaba con un chico super lindo, amable, atento, etc., etc. Era todo para mi. Recuerdo que este chico me enviaba cartitas de amor, las cuales le correspondía: dibujos, frases, detalles y otras cosas también nos enviábamos.
El punto es que unos días después de mi cumple, una amiga me invitó a comer en su casa unos hotcakes de chocolate. Mientras comíamos sonó mi teléfono. Era mi madre quien me preguntaba dónde estaba. Le expliqué que estaba con una amiga y me respondió diciéndome que regresara a casa.
Comencé a sospechar que algo andaba mal cuando a los treinta minutos volvió a llamarme preguntándome de nuevo dónde estaba. Se mostraba impaciente y decía que me estaba esperando. En ese momento empece a atar cabos.
Me di cuenta que mi cartera con todas mis cartitas, la había dejado en mi habitación. Justo ese día la había olvidado. Nunca me separo de ella ni para dormir, al igual que mi teléfono celular. Nadie los tocaba. Fue allí entonces cuando entré en pánico!!! Decidí irme a casa.
Recuerdo que llamé al chico que estaba viendo y le explico lo que me había pasado. Recuerdo que me comentó que no me preocupara, que todo iba a estar bien (tan lindo mi vido!!!). Llegué a casa con los nervios hechos nudos, el enojo de que agarraron mis cosas y la incertidumbre de de haber sido descubierto.
Recuerdo que abrió la puerta mi hermana mayor e inmediatamente escucho a mi mamá llamándome a su habitación, que pasara y me sentara. De pasada eché un vistazo a mi habitación y vi que no estaba mi cartera ni mis llaves. No me cabían dudas. Había sido descubierto. Sin embargo, me mantuve tranquilo. Pasé a su habitación y me senté en su cama.
Luego de que mis dos hermanos menores avisaran que salían de casa, mi madre comenzó a hablar:
"Hijo sabes que soy tu madre y te amo mucho y que pase lo que pase siempre sere tu madre. ¿Tienes algo que quieras decirme? ¿Algo que quieras compartir? ¿o que quieras contarme?..."
En un momento así, obviamente no comenzaría contándolo todo. Le dije que no había nada que contar. Luego mamá comenzó a recriminarme que yo siempre tenía una actitud muy agresiva, que todo el tiempo andaba de malas, escondiéndome. Me dijo que ella sabía que no salía con mis amigas, que ellas eran unas alcahuetas. Y yo negando todo.
Acto seguido me arroja en la cama todas las cartas y me dice:
"¡Explícame esto!"
Yo quería volverme una cucaracha y salir disparado a esconderme. Pero era el momento. Como buen hombre lo enfrenté y le dije:
"Ya leíste las cartas, ¿no?, ¿Qué te explico?"
Luego mamá entró en la fase de las preguntas: "¿Cuándo? ¿Por qué?"; y la última pregunta ultima fue: "¿Alguien abuso de ti de niño?". Finalmente llegó a la fase de manipulación entre lágrimas: "... pero si ibas a la iglesia...". Fue una experiencia dolorosa. Un drama fuerte. Se me pone la piel de gallina de sólo recordarlo.
Sin embargo, hay una parte en la Biblia que dice "la verdad os hará libres" y debo decir que después de que en mi casa se enteraron de mi sexualidad me sentí muy aliviado. No le puedo contar a mi mamá mis cosas. Ella a veces me pregunta y me limito a contestar. Pero nadie toca el tema. Papá no sabe pero tengo mis dudas.
Para salir del clóset hay que encontrar la ocasión para hacerlo o esperar que lo descubran por sí solos (que te "cachen con las manos en la masa"). ¡Voto por la segunda opción!
Paso 2: Aprender las tres máximas del mundo gay
Al salir del clóset debes aprender las tres máximas del mundo gay. Debes memorizarlas, repetirlas al levantarte y antes de acostarte:
- 1. No todo hombre con el que te acuestas quiere tener novio
- 2. No todo hombre con el que te acuestas no tiene novio
- 3. No todo hombre que se mete a la cama contigo ya es tu novio
Cuando empecé en todo que denominamos "ambiente gay", no sabia nada. Y no era como en la reconocida serie de televisión "Queer as folk". Era algo mas intenso porque aprendes a trancazos, partidas de corazón, lágrimas y demás situaciones.
De las primeras experiencias...mi primera vez, !que pena! y que excitante... Fue un tipo que conocí en el metro del DF (México). Se llamaba... dejémoslo en "i". Era un tipo de unos 24 años delgado, simpático, chistoso, divertido, muy educado, nunca le escuché decir malas palabras.
Recuerdo que ese día tenia clases de la preparatoria. Eran como las ocho de la mañana y apenas iba la escuela. Entonces me lo encontré en el vagón (para los que no viven en DF, es el último vagón del metro, que ahora ya no podemos usar en todo el metro a partir de las diez de la noche mas o menos).
Ahi lo vi. Me vio. Me bajé el cierre de mi pantalón y él se arrodilló ante mi (y no fue precisamente para rezar). Llegamos a la siguiente estación y nadie subió. Continuó el viaje y a la tercera estación subió una señora al vagón así que interrumpió lo que hacía y comenzamos a conversar.
Recuerdo que dijo unas palabras que escucharlas por primera vez tuvieron un impacto, pero que más adelante en mi vida las escucharía de manera "normal" o ya serían mas familiares para mi... las palabras que pueden llevarte a una aventura o un disgusto... esas palabras eran:
"¿Quieres ir a un hotel?"...
Respiré profundo, en medio de mi cara de asombro pero respondí: "Ok vamos". Acababa de cumplir 18 años y no tenía dinero, pero tenía muchas ganas. Nunca había visto a otro hombre desnudo aparte de mis hermanos o mi papá.
Me sentía muy excitado, nervioso, sentía muchas cosas en mi estómago. Era una mezcla de curiosidad, morbo, lascivia, emoción, nervios, miedo, entre otras cosas. Recuerdo que le dije que nunca había entrado a un hotel, así que el tendría que decidir a dónde ir.
Llegamos al hotel y entramos en la habitación. Recuerdo unas cortinas rosas, alfombra rosa, cubrecama rosa con flores rosas. Todo era color rosa. "i" me besó y me preguntó "qué era lo que me gustaba hacer". Le contesté que "lo normal". "i" respondió:
"Hoy harás de pasivo"
Afortunadamente, gracias a internet ya sabía lo que era un "activo" o un "pasivo". Así que acepté. Luego comenzaron los besos, las caricias, nos desvestimos. Me dejé seducir. Recuerdo que en su mochila tenía de todo: condones varios, lubricante, chicles y servilletas o papel de baño. Tenía todo el kit necesario. Estaba listo.
Aunque no recuerdo cómo era su miembro, recuerdo que me dolió bastante. No sentí el placer de los chicos pasivos en las películas. Tampoco hice los gestos de los chicos que salen allí. Pero estaba feliz. Había estado con un hombre ya. Ya sabía qué se sentía. Ya había visto un miembro listo y en acción. De allí me fui a la clase de química.
Si... estaba muy feliz. Ya sentía que tenía novio... pero resulta que no sabía las tres máximas del mundo gay y que debo repetir para que nadie las olvide:
- 1. No todo hombre con el que te acuestas quiere tener novio
- 2. No todo hombre con el que te acuestas no tiene novio
- 3. No todo hombre que se mete a la cama contigo ya es tu novio
A los siguientes días me enteré que "i" tenía novio. Recuerdo lo mucho que lloré. Y no se burlen de mi, pero lloré mucho más cuando supe que "i" no dejaría a su novio por mi. Yo sólo había sido un desliz. Afortunadamente me resigné una noche, llorando frente a la computadora, escuchando una canción que Shakira le dedicó a De La Rua: "Día de enero".
Debo decir que fue una situación difícil para mi. No podía pedir ayuda a papá o mamá. Aun estaba en el clóset. Mucho menos a mis amigos, quienes eran todos heteros.
Yo era muy novato. No sabía esas reglas. Cómo me hubiese servido saberlas en ese momento. Muy solo me sentí. Pero aprendí. Y ahora comparto las tres máximas contigo. Especialmente si eres novato.
Fragmentos del artículo publicado en el blog http://sobrevivegay.blogspot.com.es/.
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