Confesiones de Medianoche: `¿Llevo una desordenada vida sexual?´
11.Dic.2023. Anécdotas. Existen personas que han perdido el deseo y la pasión en sus relaciones sexuales, mientras que existen otras que han traspasado fronteras en su sexualidad. La pregunta es, ¿existen fronteras? ¿hasta dónde podríamos o deberíamos llegar?
Algunos dicen que "la vida es un proyecto". De ser esto cierto, "nuestra vida íntima es parte de ese proyecto también" por lo que en este momento me pregunto si llevo una desordenada vida sexual.
Mi breve introducción
Me llamo Salvador, médico y descendiente de italianos tal y como apellido indica. Tengo 39 años, estoy por cumplir los 40 años y hace unos cinco años que soy divorciado.
Soy un afortunado en mis rasgos físicos y contextura física. Como una vez me dijo alguien, "puedo llevarme a la cama a quien quiera cuando yo quiera". No se si esa afirmación sea 100% verdad, pero hay algo de cierto. A las pruebas me remito.
De hecho, mi afirmación anterior tuvo que ver con el fracaso de mi matrimonio. Hay demasiadas mujeres allá afuera buscando un poco de cariño. Y yo tenía exactamente lo que ellas querían. Mi ex-esposa, como era de esperarse, se cansó de mis aventuras extra-matrimoniales.
Mi primera experiencia con otro hombre Hay algo que quiero dejar muy claro: Nunca engañé a mi ex-mujer con alguien de mi mismo sexo. Mi primera experiencia con un hombre ocurrió luego de la separación, en un congreso médico a cuatro horas de la ciudad donde vivo.
Se llamaba Israel... ¡oh Israel!... un compañero de trabajo de la especialidad de otorrino con quien compartí la habitación de hotel. Un hombre quizás no muy atractivo, de color de piel color miel, atletico pero con una "labia" capaz de seducir a cualquiera. A mi me trabajó, me persuadió, me convenció o como lo quieran ver.
La segunda noche llegamos algo pasados de tragos y luego de hablar de relaciones pasadas y preferencias en la cama con antiguas ex-novias, me dejé llevar por sus halagos hacia mí... y su obvio interés en darme una "probadita". Como dirían algunos "pasó lo que tenía que pasar".
Desde mi alocada noche con Israel soy un hombre bisexual, aunque debo confesar que mis relaciones íntimas con mujeres han estado disminuyendo considerablemente en los últimos años.
Lo que ocurrió esa noche de hotel despertó más aun mi apetito sexual. Ahora en un mundo de nuevas posibilidades. Supongo que también era una forma de llenar el vacío y el fracaso sentimental.
Mi vida sexual dio un giro inesperado luego de registrarme en aplicaciones para conocer otros hombres. En el mundo gay es muy fácil tener sexo. Existen muchos jovencitos desubicados, así como hombres maduros y no tan maduros con muy baja autoestima de sí mismos, capaces de mostrarse en fotos que siempre me han parecido denigrantes. Compartiendo o relgalando imágenes de sus partes más íntimas, internas o externas y desde cualquier ángulo o pose.
Al principio, los jovencitos regalados eran mi primera opción. Ahora me aburren. Prefiero los retos, los recataditos, los serios, los centrados, los que al menos parecen estar más claros en la vida, los que buscan una relación. Seducirlos hasta hacerles dudar. Convertirme en su "desliz" mientras les aparece su "príncipe azul". Convertirme yo en su príncipe azul por una noche. Disfrutar del momento hasta que aparezca otro reto que atrape mi atención.
Mi desgraciado alter-ego
Soy bueno en esto y es que más de uno ha quedado perdidamente enamorado de mí. Y a pesar de que siempre les he hablado claro, mis conquistas terminan enganchadas conmigo. En ocasiones me he sentido el peor hombre sobre la faz de la tierra. Con las chicas nunca hice algo similar, pero con los hombres soy maligno. Puedo parecer un ser despreciable por las cosas que hago para llevarme a ortos hombres a la cama. Pero no fallo, hasta puedo mofarme de tener encuentros con dos hombres diferentes en el mismo día.
Recientemente conocí a Marco Antonio, un hombre contemporáneo en edad, gay y que gracias a su baja estatura y personalidad, aparenta como diez años menos. En él se cumple aquél dicho "vaca chiquita siempre es novilla". En principio, él me había dicho que quería una relación seria. Se hizo "el duro" por un par de semanas hasta que lo llevé a mi cama.
Nos vimos varias veces, hasta que descubrí que el engañado fui yo. Marco Antonio no quería nada serio. Nunca lo tuvo en mente. Me había dicho lo políticamente correcto para llevarme a la cama él a mí. Yo era su reto y para lograrlo, no quería mostrarse como "un chico fácil".
Hace un par de días Marco Antonio se abrió y luego de contarme su estrategia para conmigo, me sorprendió al confesarme que tenía un amigo con el que podíamos hacer un trío. Su idea era invitar a nuestra cama a hombre musculoso, velludo y alto al que seguramente yo le iba a gustar (según Marco Antonio).
No se cómo, pero Marco Antonio estaba sembrando una idea en mi cabeza. Una idea que nunca había causado morbo en mi. Fueron varias noches en la que me vi imaginando cómo sería aquello. Un trío con otros dos hombres (cuando nunca llegué a realizar un trío con dos chicas). La siguiente vez que vi a Marco Antonio, quería que trajera el tema de nuevo. No lo hizo, así que me vi en la necesidad de mencionarlo yo.
- Yo: Marco Antonio, sobre el otro día... sobre el trío... háblame de tu amigo...
- Marco Antonio: Se llama Aurelio. Es un hombre tipo maduro que está muy bien. Tú le vas a encantar.
- Yo: Y entonces tu has hecho tríos antes...
- Marco Antonio: He hecho tríos, cuartetos, quintetos, sextetos... pon tú el número... el que tú quieras...
Me imaginé primero en un trío, pero de pronto me pareció poco y rápidamente me vi envuelto en cuartetos, quintetos, sextetos y grupos de más integrantes. Sentía cómo Marco Antonio me estuviera llevando a un mundo donde no había límites. Sentía que hablaba con alguien que había traspasado muchas más fronteras que yo, y todas totalmente desconocidas para mi.
Por otro lado, jamás antes me sentí vulnerable o expuesto a contraer una enfermedad. Pero en ese momento, por primera vez sentí mucho miedo sobre mi vida sexual. Me había topado con alguien con mucho pero mucho más kilometraje que el mio. A pesar de que había tenido sexo seguro con Marco Antonio, no pude sacar de mi mente la idea de lo expuesto que estaba con haber tenido sexo con alguien como él. ¿Marco Antonio tendría sexo seguro en todos esos encuentros? Dejé a Marco Antonio en su casa y me fui a la mia. Un poco avergonzado por haber tocado el tema.
Tal vez sea la crisis de los cuarenta que ya llegó a mi vida, pero me siento como NEO de MATRIX, cuando recibió las pastillas. La roja, la que me haría entrar consciente a un nuevo mundo sexual sin límites ni barreras. La azul, la que me devolvería a antes de conocer a Marco Antonio, donde nada de la conversación ni lo sucedido con él hubiera pasado...
Quizás la crisis de los cuarenta me esté empujando a realizar ajustes y correcciones en mi vida sexual... aun no he tomado una decisión sobre la propuesta de Marco Antonio... pero creo que estoy por tomarme la pastilla azul... Temo perder el control de mi mismo... ¿O debo tomar la pastilla roja?
Salvador DiMuccio
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