¿Crees que en nombre de la libertad de expresión tenemos permiso de decir todo lo que queramos?
18.May.2023. Opinión. ¿Cómo reaccionarías si alguien te dijera que le encantaría un mundo donde existiese de nuevo la esclavitud para gente de raza negra? ¿Cómo tomarías la opinión de una persona que dijera por radio que hay que exterminar a los judíos? ¿Cómo reaccionarías si alguien por televisión dijera que las personas homosexuales son aberraciones o personas enfermas que no deberían existir?
Este artículo está inspirado en las declaraciones de la periodista Paloma Cervilla, quien en un programa de televisión aseguró recientemente "sin ningún tipo de complejos" que la familia es "padre, madre e hijos", añadiendo "que un niño no debería tener dos padres porque sería hacerle un daño tremendo a un menor y por ello está absolutamente en contra de ese tipo de adopciones". En tiempos actuales, de posverdad, fake news o noticias falsas, gente opinando de todo y redes sociales invadiendo permanentemente las vidas de las personas, nos permitimos preguntarnos: ¿La libertad de expresión nos habilita a que podamos decir todo lo que queramos?
Libertad de expresión sí o sí
Desde hace un tiempo me asusta el futuro que tenemos por delante. Soy partidario de la libertad de expresión. Y es que basta con no tenerla para extrañarla un montón, y si no que lo digan las personas que viven en países como Venezuela, Nicaragua, China o Rusia. Siempre he sido fan de aquella expresión que se atribuye al filósofo francés Voltaire esta frase: “No comparto tus ideas, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlas”.
Pero, ¿qué pasa cuando en nombre de la libertad de expresión se dice lo primero que se nos ocurre? Tenemos a grandes, medianos y pequeños medios de comunicación que en ocasiones tuercen la información a conveniencia para que las noticias se alineen a sus intereses. Un capítulo de la exitosa serie Succession muestra en uno de sus episodios de la cuarta temporada a una cadena de televisión que quiere manipular la opinión pública en un tema político y delicado a través de su línea editorial, vamos, el pan nuestro de cada día en cadenas de televisión en diferentes partes del mundo.
También tenemos a políticos que se atreven a usar la tribuna para insultar, descalificar y humillar a otros políticos en debates públicos, sin mencionar esos episodios en los que tuercen la verdad en plena campaña electoral con el fin de captar votos. Para ello, son capaces de las más atrevidas manipulaciones. No puedo evitar sorprenderme cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso, dice que en las próximas elecciones autonómicas "es votar por ella o votar a ETA”, banda terrorista que dejó las armas en el 2011 y que se disolvió en el 2018.
Más aun, la presidenta de la Comunidad de Madrid dice que "ETA está viva". El portavoz de su partido, Borja Semper, corrige a la Sra. Isabel diciendo que "ETA fue derrotada por la democracia española". Pero la presidenta de la Comunidad de Madrid hace oídos sordos a su partido. Mientras tanto, la Sra. Isabel sigue diciendo lo que dice, convenciendo a sus seguidores, quienes repetirán lo que ella dice sin pruebas. Sin nada que respalde esas afirmaciones. En otras palabras: porque le apetece decirlo.
Pero no es nada nuevo lo que hace la presidenta de la Comunidad de Madrid. Los venezolanos conocemos muy bien esa estrategia. Es análoga a la que usó el fallecido Hugo Chavez Frías, ex-presidente de Venezuela, cuando en repetidas ruedas de prensa decía "o están conmigo o están contra mí"; "Amigos o enemigos"; "Venezolanos o apátridas escuálidos". Hugo Chávez Frías no sólo dividió todo un país en dos bandos sino que lo diezmó como nunca se había visto, con venezolanos saliendo desesperadamente por aire, tierra y mar, a veces con lo puesto como únicas pertenencias. Y es que a veces tendemos a pensar que los populistas peligrosos están en la izquierda. ¡Qué va! Hay algunos líderes populistas en la derecha que deberían darnos escalofríos.
También tenemos a periodistas como Paloma Cervilla, quien en el programa de televisión "En boca de todos" aseguró recientemente "sin ningún tipo de complejos" que "la familia es padre, madre e hijos", dejando por fuera incluso a otros modelos de familias como los padres y madres solteras y, añadiendo "que un niño no debería tener dos padres porque sería hacerle un daño tremendo a un menor y por ello está absolutamente en contra de ese tipo de adopciones".
Cabe destacar que si se googlea el programa "En boca de todos", aparecerá una breve descripción: "programa que trata las noticias sobre política y sociedad más comentadas del día, contextualizándolas a través de un equipo de expertos." En otras palabras, alguien podría pensar que la Sra. Paloma Cervilla es una "experta" y que sus opiniones "sin complejos" son totalmente válidas. Sin pruebas. Sin nada que respalde esas afirmaciones. En otras palabras: porque le apetece decirlo.
Todo esto me hace acordar de esa película de Woody Allen que tengo pendiente de ver: "Todos dicen I Love You". En ella, un padre neoyorkino discute sin parar con su hijo adolescente porque éste no para de decir sandeces; no se, como por ejemplo, que "ETA está viva", "padre, madre e hijos"; "que un niño no debería tener dos padres porque sería hacerle un daño tremendo a un menor y por ello está absolutamente en contra de ese tipo de adopciones". Un día, el adolescente se desmaya y, tras horas de angustia, un médico tranquiliza al padre; si hijo está fuera de peligro, se encuentra muy bien, sólo han tenido que extirparle un coágulo en el cerebro que le impedía pensar con normalidad. "¿No le ha notado usted raro últimamente?", pregunta el doctor. "¿No decía cosas absurdas?". Una sonrisa de alivio ilumina la cara del padre y, a partir de aquel momento su hijo vuelve a ser el de siempre: un chaval estupendo.
Es probable que ni la Sra. Paloma ni la Sra. Isabel crean en las cosas que dicen y en privado reconozcan que lo que quieren en polemizar, escandalizar, sumar titulares, ganar votos, que las inviten a programas porque "hay que ganarse la vida". El problema es la gente que al escucharles, les creen y repiten sus gracias. Me uno al Sr. Javier Cercas, en su columna de la revista El País Semanal, a través de su artículo "La verdad sobre el caso Houellebecq":
- Cuántos jovenes sacrificados en matadero de las guerrillas latinoamericanas y el terrorismo europeo de los años sesenta y setenta leyeron las palabras de Sartre (u otras parecidas)
- Cuántos de los 14 chalecos amarillos se sintieron reconfortados o animados con las palabras de Ernaux.
Agregaría también:
- Cuántos venezolanos no llamaron a familiares y amigos de oposición como "apátridas escuálidos" (y aun lo siguen haciendo).
No me queda más que terminar citando a Albert Camus, tal y como hizo Javier Cercas en su artículo (agregando algunsa modificaciones en corchetes):
"Toda idea falsa acaba con sangre [y lágrimas], pero se trata siempre de la sangre [y lágrimas] de los demás. Esto explica que algunos de nuestros pensadores [agregaría políticos y periodistas] se sientan libres de decir cualquier cosa".
Magdiel J. Sevilla
@magdieljsevilla
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